Dios te bendiga

Vía Crucis Nacional

Vía Crucis Nacional
Mons. Robert Flock | Monseñor
| 2025-04-16 00:47:18

«Esta es la hora de ustedes y el poder de las tinieblas». (Lc 22,53)

Así calificó Jesús el momento de su arresto. Era la hora de sus enemigos y de las tinieblas. A pesar de que había advertido abiertamente a los apóstoles que iba a ser condenado a muerte, simplemente no podían procesar este mensaje. El arresto, juicio, condena y crucifixión de Jesús fue la colisión entre las grandes expectativas de sus discípulos para poner fin a corto plazo de las opresiones sufridas por su pueblo, y el gran proyecto de Dios a largo plazo para remediar todos los males. En cuestión de días pasaron de su entrada triunfal a Jerusalén, a su secuestro, tortura y muerte.

Nosotros vivimos este cambio brusco litúrgicamente. El Domingo de Ramos, la procesión con las palmas, las aclamaciones y un Jesús en burrito, pasa a la solemne proclamación de la Pasión en una misa que termina en silencio para dejarnos en un estado de shock y reflexión sobre el rumbo de nuestras vidas y el proyecto de Dios.

Resulta difícil creer que sea una coincidencia que el estreno de la nueva producción gubernamental “26J” salga en vísperas de la Semana Santa, justo cuando estamos distraídos con las masivas demostraciones religiosas y cuando el anhelado bloque de la unidad está fracturándose como cemento mal mezclado.

Hay que felicitar a sus autores por haber inventado un nuevo género cinematográfico: “La Política Ficción”, propio de la post verdad. Quieren sustituir el 21F por el 26J. El rodaje empezó el 26 de junio pasado, protagonizado por un actor con poco talento. Había muchas cámaras, pero creíamos que era un circo con blindados en vez de elefantes, y un gran payaso con uniforme militar. Pero olvidaron la pipoca y no era nada entretenido. Daba pena que los extras, nuestros soldados que cantan: “¡Libertad!, ¡Libertad!, ¡Libertad!,”, son utilizados para quitar la libertad del pueblo.

Por supuesto ya nadie cree cuando el niño grita “¡lobo!” Pues, el que grita es el mismo lobo. Su aullido sirve para sembrar nuevo pánico y atrapar a nuevas presas. Se trata de un mensaje, o, mejor dicho, de una amenaza, como el letrero sobre la cabeza de Jesús, que provocó una protesta hipócrita: Los sumos sacerdotes dijeron a Pilato: «No escribas: —El rey de los judíos—, sino: —Este ha dicho: Yo soy el rey de los judíos—». Pilato respondió: «Lo escrito, escrito está». La post verdad no es ninguna novedad; los romanos ya la manejaban en su vasto imperio. Pues el propósito del letrero era disuadir cualquier oposición a su poderío. A Pilato no le importaba la comprobada inocencia de Jesús. Así la “J” de “26J”, significa “Joker”, es una clave para decir que ni con las elecciones permitirán que otros ocupen los espacios de su manada en Bolivia.

Es la hora de su poder, y de las tinieblas.

Sin embargo, los planes de Dios, aunque de muy largo plazo, son imparables y sorprendentes.

Pilato no pudo evitar la resurrección de Cristo, ni tampoco su propia destitución. Los todopoderosos de hoy, pronto o tarde, serán reemplazados. Como canta la Santísima Virgen María, quien permaneció a los pies de la cruz con Jesús, el Buen Pastor que no huyó del lobo (Ver Jn 10,11-12): «El Señor… derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes» (Lc 1,52). Mientras tanto, queridos peregrinos de la esperanza, hagamos nuestro Vía Crucis, acompañando a Jesús y rezando por Bolivia y toda la humanidad.

Dios te Bendiga.

Mons. Robert Flock | Monseñor