Francisco y la ideología de género

Durante años, el Papa Francisco denunció con claridad la ideología de género, calificándola como “colonización ideológica” y una amenaza directa a la familia y a la civilización. Fue mucho más contundente que muchos líderes políticos que hoy son despreciados por decir lo mismo. ¿Por qué entonces Francisco no fue blanco del mismo rechazo mediático y cultural que Milei o Trump? Porque al Papa no se lo podía tachar de “facho” o “reaccionario capitalista”. Su figura, asociada a la misericordia, lo blindó del repudio que sí reciben quienes combaten esa ideología desde trincheras políticas. La contradicción es evidente: lo que en boca de un político es odio, en boca de Francisco fue apenas una advertencia ignorada. Pero la amenaza que él describió sigue creciendo. Si queremos preservar el sentido común, la familia y la biología como fundamento de la identidad, debemos dejar de relativizar por conveniencia. La ideología de género no es una moda inocente: es un proyecto de desconstrucción cultural que ya ha hecho demasiado daño. Es hora de tomar en serio al Papa, incluso más allá de la sotana.