Recursos de sobra

En Bolivia, las mafias políticas disfrazadas de “movimientos sociales” han impedido durante décadas la explotación racional del litio, con el discurso rancio de evitar que “el imperio” y las transnacionales se apropien de los recursos naturales. El litio fue bandera de lucha, promesa de soberanía y motor de discursos incendiarios. Pero cuando esos mismos grupos llegaron al poder, el litio siguió esperando. No solo fueron cómplices de las sucesivas estafas del MAS, sino que avalaron proyectos fallidos con inversiones multimillonarias y contratos entreguistas a favor de rusos y chinos. La mala noticia ¿o la buena? es que la empresa china CATL acaba de lanzar una batería de sodio que amenaza con hacer obsoleto al litio. Su bajo costo, resistencia al frío extremo y autonomía de 500 kilómetros reconfiguran la industria automotriz. El litio ha caído al precio más bajo desde 2021. Aún en este contexto tan adverso, puede surgir una oportunidad para Bolivia, pues Uyuni sigue siendo la mayor reserva de sodio del planeta. El problema no es la falta de recursos en el país, sino su abundancia, sobre todo cuando hablamos de la estupidez.