Los conflictos institucionales y económicos reaparecen en Oriente Petrolero. Este martes, la FIFA sancionó al club cruceño por incumplimiento de pagos a dos jugadores extranjeros, impidiéndole registrar nuevos futbolistas durante las próximas tres ventanas de transferencias. A esto se suma una denuncia formal contra Ronald Raldes (presidente suspendido), presentada por la dirigencia transitoria encabezada por Mary Cruz Aguilar, por presunta apropiación indebida de fondos.
Según se conoció, las demandas que generaron la nueva sanción de la FIFA provienen del uruguayo Sebastián Ramírez, quien reclama $us 65.000, y del mediocampista paraguayo Diego Barreto, que exige el pago de $us 150.000. Para revertir el castigo, la directiva albiverde deberá cumplir con ambas obligaciones económicas.
Este nuevo golpe llega justo cuando el club parecía empezar a regularizar su situación. Recientemente, Oriente logró pagar la deuda con el uruguayo Hugo Dorrego, lo que permitió la habilitación del argentino Ricardo Centurión. Además, el club anunció un acuerdo con Marcos Riquelme para saldar su deuda en cuotas.
Pese a estos avances, la situación financiera sigue siendo crítica. El secretario general del club, Gustavo Gutiérrez, reveló que la actual dirigencia ha desembolsado alrededor de $us 1 millón para cubrir salarios y otras deudas pendientes.
Encima, la dirigencia actual ha denunciado a Ronald Raldes ante el Tribunal de Ética de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), acusándolo de malversación y apropiación de cerca de Bs 1 millón. También se señaló que no existen contratos formales con los auspiciadores que actualmente figuran en la camiseta del club.
Raldes ya cumple una suspensión de dos meses impuesta por el Tribunal de Ética, que concluye a mediados de mayo. Sin embargo, esta nueva denuncia podría extender su inhabilitación y agravar su situación jurídica y dirigencial.
