El Bayern Múnich se ha proclamado campeón de la Bundesliga 2024-2025 gracias al empate del Bayer Leverkusen (2-2) en su visita al Friburgo, resultado que deja matemáticamente inalcanzable al conjunto bávaro, que recupera así el trono que cedió la temporada pasada. Con esta, el Bayern suma ya 34 ligas en su impresionante palmarés, por lo que levantar una nueva Ensaladera no parece noticia. Pero sí lo es para uno de sus protagonistas más destacados: Harry Kane.
El desenlace del título tuvo altas dosis de suspense. El Bayern ya celebraba el campeonato el sábado tras remontar un 0-2 ante el Leipzig con goles de Dier, Olisé y Sané. Pero el tanto de Poulsen en el tiempo añadido frustró el festejo y obligó a esperar hasta el domingo. Finalmente, el empate del Leverkusen terminó por decantar la balanza.
Kane, sancionado por acumulación de amarillas, no pudo jugar el encuentro en Leipzig, pero lo vivió como un aficionado más. Sufrió con los goles locales en la primera parte y celebró con euforia la remontada en la segunda. Tras el pitido final, bajó al césped para abrazarse con sus compañeros y agradecer el apoyo de la afición, aunque el empate final dejó el champán en la nevera por unas horas más.
A sus 31 años y tras una brillante carrera como uno de los delanteros más cotizados del planeta, Harry Edward Kane ha conquistado por fin su primer gran título colectivo. El capitán de la selección inglesa, nacido en Londres, había rozado la gloria en varias ocasiones, pero siempre se le resistía. Ni siquiera sus numerosas distinciones individuales —como la Bota de Oro del Mundial 2018 o la Orden del Imperio Británico— le habían permitido llenar el vacío en su palmarés de club.
Esta Bundesliga representa mucho más que un título: es una redención. Kane ha firmado una campaña sensacional con 29 goles en 24 partidos, dejando clara su jerarquía en el área. Aunque el Bayern cayó temprano en la Copa —eliminado precisamente por el Leverkusen— y fue apeado en cuartos de final de la Champions por el Inter de Milán, en liga su dominio ha sido incuestionable.
Para Kane, levantar este trofeo es un alivio. Tras una década en el Tottenham sin levantar copas —incluida la dolorosa derrota en la final de Champions de 2019 ante el Liverpool en Madrid—, este título pone fin a una sequía que parecía inexplicable para un jugador de su talla. Hoy, el fútbol le devuelve parte de lo que tantas veces le negó.
