
El Gobierno israelí dio luz verde la madrugada de este lunes (05.05.2025) a implementar una nueva campaña militar para "ocupar y retener los territorios" de la Franja de Gaza, golpeada por las bombas israelíes desde hace más de año y medio, y a reanudar la entrada de ayuda a través de empresas norteamericanas para privar a Hamás de su acceso.
"El plan incluirá, entre otras cosas, la
ocupación de la Franja, la retención de los territorios y el movimiento de la
población de Gaza hacia el sur", dijo una fuente oficial israelí, pese a
que el Ejército ya ocupa actualmente parte del sur del enclave con la reciente
apropiación de la ciudad de Rafah.
La nueva hoja de ruta, aprobada de forma
unánime por el gabinete de seguridad, deja atrás "el método de
incursiones" que las tropas aplicaban antes del alto el fuego para dar
paso "a la ocupación y permanencia" en los territorios de la Franja.
Además, incluye "ataques poderosos contra Hamás, acciones que ayudarán a
lograr una victoria decisiva".
Euforia entre ministros radicales
Algunos de los ministros más radicales del
Ejecutivo israelí se mostraron muy satisfechos con este plan del que quisieron
dar más pistas. El ministro de Finanzas, el radical y colono Bezalel Smotrich,
señaló que las tropas israelíes permanecerán en la Franja con independencia de
que se firme un nuevo acuerdo de alto el fuego con Hamás.
Este nuevo escenario aleja la posibilidad de
que pueda llegar a corto plazo un nuevo acuerdo de tregua, ya que la principal
exigencia de Hamás es la retirada total de las tropas del enclave palestino.
Preocupación entre las oenegés
Otro de los asuntos que abordó ayer el
gabinete de seguridad fue la reanudación de la entrada de la ayuda humanitaria
(comida, medicinas y combustible), vetada por Israel desde hace más de dos
meses, con un nuevo esquema que busca "evitar que Hamás tome el control de
los suministros".
Israel pretende que se establezcan solo
"cuatro o cinco" centros de distribución en el sur de Gaza, y
potencialmente un centro adicional bajo el área militar de Netzarim (centro),
una medida rechazada por todas las agencias de la ONU y oenegés en Gaza.
Este nuevo modelo israelí evita que la ayuda se almacene y sea recogida solo por cabezas de familia. Lo mismo ocurre con la comida caliente, que solo podrá salir de los centros de distribución del Ejército, sin la existencia de cocinas comunitarias como hasta ahora dirigidas por oenegés. "Es peligroso, ya que obliga a los civiles a acudir a zonas militarizadas, lo que pone en peligro su vida, incluida la de los trabajadores humanitarios, a la vez que afianza aún más el desplazamiento forzoso", denunciaron en comunicado firmado por varios organismos.