Economistas

Los economistas se han puesto de moda, a tal punto que más de la mitad de los candidatos a vicepresidente y algunos postulantes a la presidencia son economistas o están vinculados a este campo. Para los que se entusiasman con la noticia y creen que se viene una lluvia de milagros para Bolivia, no debemos olvidar que justamente hoy estamos en manos de uno que decía ser el mago de las finanzas, el milagrero más grande y que resultó ser la peor estafa, mucho más que la de García Linera, que durante años convenció a todos que era matemático, pese a que ni siquiera sabe multiplicar. Entre paréntesis, hay que decir que el iluminado de pocas neuronas es quien le ha armado la plataforma electoral a Andrónico Rodríguez y ya le impuso su acompañante de fórmula. Volviendo al tema. Para los economistas que se relamen por brincarle a la crisis, que prometen lluvia de dólares, milagros en cien días y más dinerito prestado, hay que recordar que el mejor economista de la historia, el alemán Ludwig Erhard sacó del desastre a su país después de la guerra con apenas dos medidas y una ley muy corta que decía “prohibido el control de precios” y “prohibida la intervención estatal que limite la competencia”. Para lograrlo sólo deben renunciar a su enorme ego, padre del estatismo que empobrece a muchos países.