Bisturí

Un taxista inteligente

Un taxista inteligente
Franklin E. Alcaraz Del C. | Periodista columnista
| 2025-05-30 00:13:08

Le pido a mi hijita que me llame un taxi “¡Ay papi, ¡cuándo vas a aprender a manejar tu celular!”

La verdad es que lo manejo bastante bien, es que, como dirían mis amigos argentinos, me da “fiaca” (flojera) llamar un taxi. Pero bueno, finalmente llega la movilidad y parto raudo a mi destino.

Va por la San Martín y… trancadera. “Qué pasa” pregunto en tono imperativo al chofer “son las colas para la gasolina me contesta” y añade en tono de protesta “esto de la gasolina perjudica a todos y este gobierno no se da cuenta que le hace daño a la gente”. “¿No se da cuenta?” replico, y añado “sí se da cuenta, sabe lo que está haciendo, todo esto que estamos pasando, quiere que pasemos”. “¿Cómo?” pregunta extrañado. Contesto, “es su modelo del que no quiere salir” “No le entiendo”, dice el taxista.

“Mire, el modelo, al que yo llamo sucialista y no socialista, se basa en igualar a la gente hacia abajo, quita la plata a los que tienen y trabajan, para dárselo a los que no tienen y no trabajan, eso ha estado haciendo la gente del MAS todos estos años. Este modelo les duró mientras había plata; Ud sabe, el gas, la deuda prácticamente inexistente que dejó Goni y los demás que le sucedieron, al cocalero le dejaron los gasoductos hechos para exportar al Brasil y la Argentina, una infraestructura inclusive institucional que estuvo a punto de consolidarse y un aparato productivo eficiente que trajo dólares suficientes y por demás al país; pero después de tantos años de gastar y gastar en tonterías como canchitas de fútbol, lujos innecesarios para las oficinas del gobierno, construcciones inútiles, regalos para los sindicatos, subvenciones para quienes no trabajan, movilidades de alta gama para sus “sindicateros”, bonos por aquí y por allá, sedes sindicales, fomento económico a los grupos sociales del gobierno como las llamadas bartolinas, fomento al narcotráfico a través de la expulsión de la Embajada Americana, USAID Bolivia, la DEA y el incremento casi indiscriminado de las áreas de cultivo de la hoja de coca, control de las exportaciones (hay que fregar a los empresarios), la destrucción del aparato de justicia que la trajo a un nivel impensable y un afán casi desesperado de controlarlo todo, ¿sigo?”

“No, esa parte la entiendo, lo que no entiendo es cómo el gobierno va a querer empobrecer al pueblo”

“Su modelo, le decía, el modelo del gobierno, el socialismo/comunismo, se basa, le repito, en empobrecer al pueblo. Lo admitió públicamente AMLO, el expresidente mexicano. Según él y los zurdos del mundo, diría yo, los pobres votan por ese modelo porque les da para vivir, aunque sea poco, pero les da, por eso votan por el sistema. Cuando los pobres pasan a ser clase media, ya no lo hacen, porque terminan apreciando la propiedad individual. Entonces, según su modelo político/económico, hay que fomentar la pobreza, ¿se da cuenta?” “Claro” me responde “por eso uno se explica que la crisis no apareció porque faltan dólares o combustible, sino porque se sigue implantando el modelo socialista” “exactamente”, le digo “por eso es que el gobierno, aunque continúe trayendo gasolina o diésel periódicamente, no va a conseguir remediar el asunto, ni la falta de dólares, en realidad todo va tender a empeorar y, para eso, sabiendo que la situación va a empeorar, parte de su estrategia, es ir acostumbrando al pueblo a la escasez y dependencia, como en Cuba y Venezuela. A propósito, en Cuba está prohibido hacer colas o filas para gasolina; uno tiene que ir a la estación de servicio de su barrio, hacerse anotar y esperar a que lo llamen. La gente suele esperar semanas ese llamado ¿vamos a llegar a eso?”.

“Cuál es el remedio entonces” me pregunta “parece fácil”, le digo “pero mientras estén los zurdos en el poder, no se va a poder. La solución es cambiar el modelo”

“¿Y con eso se arregla todo?” “Por eso le digo, parece fácil, pero no es. Lo que pasa es que este modelo ha destruido no solo la economía, ha destruido prácticamente el país al dejarlo inerme, sin instituciones creíbles y peor eficientes, sin justicia, y a eso añádale la galopante corrupción que atravesamos en todas partes y en todas las instituciones, la policía y los organismos públicos. La moral se ha ido por lo suelos, peor la ética. El cocalero admitió públicamente que quienes lo apoyaban le decían “ahora nos toca”, ¿les “toca” qué?, lo sabemos, no es difícil darse cuenta. Lo de malo es que, en su estrategia de dominar todo, manejar todo, controlar todo, esclavizan al pueblo, dejando al individuo sin iniciativa y sin afán de progreso; por todo eso, reconstruir todo lo destruido va a costar muelas, sudor, lágrimas y ojalá no sangre. Y hay algo muy importante que hoy en día se tiene que recuperar si o si. ¿Ud se da cuenta qué es?” “No, dígame”.

“Ya llegamos, sabrosa conversación” “Gracias caballero, ya solucionamos los problemas del país” y se ríe. “No me ha dicho que es eso importante que hay que recuperar”

Yo, bajándome del taxi, “La libertad”.

Franklin E. Alcaraz Del C. | Periodista columnista