
En los últimos días, la Policía, el Ministerio Público y entidades financieras, como el Banco Unión, ordenaron el repliegue de sus funcionarios del trópico de Cochabamba. La medida fue adoptada ante las amenazas y el riesgo que significa operar en esa zona, que está tomada por los cocaleros afines al expresidente Evo Morales.
El pasado viernes, el comandante departamental de la Policía de Cochabamba, Edson Claure, instruyó el repliegue de los uniformados con el objetivo de precautelar su integridad física debido a las amenazas de sectores “evistas”.
“Por disposición de este comando, se ha dispuesto el repliegue del personal policial, que cumple funciones en el trópico, ante las amenazas y precautelando la integridad física de nuestro personal”, dijo Claure.
Similar medida fue tomada por las entidades financieras, sobre todo el Banco Unión, que cerró temporalmente sus puertas, más aún por la ausencia de efectivos del orden.
La decisión respondió al creciente clima de inseguridad que ha generado alarma en la población y el sector financiero.
Esta jornada, el Ministerio Público de Cochabamba ordenó el retiro de los fiscales que prestaban sus servicios en el trópico, para garantizar su seguridad, ante todo.
La Fiscalía Departamental de Cochabamba instruyó el repliegue inmediato de fiscales y personal de apoyo desde el eje del Trópico -Ivirgarzama, Chimoré, Shinahota, Villa Tunari y Entre Ríos- hasta el asiento fiscal de Sacaba.
El fiscal departamental Osvaldo Tejerina pidió a los funcionarios trasladarse con lo “esencial” y evitar portar “credenciales o distintivos institucionales”, como medida preventiva mientras se estabiliza la situación en esa región.
La medida busca preservar la integridad física de los servidores públicos, en medio de amenazas, bloqueos y creciente hostilidad que reina en la zona.
Los movilizados afines a Morales, que bloquean las carreteras en demanda de la renuncia del presidente Luis Arce, siembran violencia y temor. En los últimos días, atacaron a una ambulancia que transportaba pacientes, retuvieron a médicos y a una mujer policía, además agredieron a periodistas y a efectivos del orden, además, saquearon tiendas y puestos de venta.