
Sergio Gómez y Favio Orsi sorprendieron al fútbol argentino al presentar su renuncia como entrenadores de Platense, apenas horas después de consagrarse campeones del Torneo Apertura. La dupla técnica, que protagonizó una campaña inolvidable al eliminar en fila a Racing, River, San Lorenzo y vencer a Huracán en la final, comunicó su decisión a la dirigencia del club y no continuará en el cargo. Según fuentes cercanas, no tienen ningún nuevo destino confirmado, lo que refuerza la idea de que su salida ya estaba definida incluso antes de levantar el trofeo en Santiago del Estero.
El impacto de su renuncia se da en un contexto de euforia y también de incertidumbre. Tras el logro histórico, el presidente Sebastián Ordoñez enfrentaba ya el desafío de retener a varias figuras del plantel, ahora más codiciadas que nunca. Pero la primera baja oficial es nada menos que la del cuerpo técnico que rompió todos los pronósticos. Orsi y Gómez se despiden dejando una huella indeleble: por primera vez, una dupla técnica se consagra campeona en el fútbol argentino, y lo hacen al frente de un club que jamás había alcanzado ese honor.
Durante los festejos, ambos entrenadores se mostraron visiblemente emocionados. Gómez, con su hija recién nacida en brazos, agradeció entre lágrimas: “Francesca llegó con la copa bajo el brazo, en la tierra de mi mamá, que ya no está”. Orsi, por su parte, recordó a su padre fallecido poco antes de la final: “Me inculcó el amor por este deporte. Para ser campeones había que ganarle a todos, y lo hicimos”. Más allá del resultado, dejaron en claro que su ciclo en Platense fue una historia de emociones profundas y de sentido humano.
La dupla se conoció en el ascenso, en 2011, y desde entonces construyeron una carrera conjunta forjada en la adversidad. Desde Fénix hasta Godoy Cruz, pasando por Flandria y San Martín de Tucumán, se destacaron por su trabajo silencioso y eficaz. Con Platense, coronaron una trayectoria ascendente con un título inolvidable, y ahora, en la cima de su carrera, eligen dar un paso al costado. Su futuro inmediato es incierto, pero su legado en Vicente López ya es eterno.