Miradas

Volver al presente

Volver al presente
Oscar Antezana Malpartida | Columnista
| 2025-06-14 09:02:50

El presente caos desatado por el MAS (Evo apoyado por Andrónico y Arce de cómplice pasivo) nos está iluminando un posible futuro después del 17 de agosto. Podemos volver al presente si la oposición no se une y el electorado no toma consciencia de su voto. Bolivia podría volver a vivir, aún peor, lo que ahora vive. Eso se traduciría en desesperanza, impotencia y una muerte lenta pero dolorosa de nuestra sociedad hacia una dictadura revestida con un velo de democracia y un narco estado como Venezuela.

Así es. No solamente se trata de ganar las elecciones, sino de que ésta sea de manera clara contundente de tal manera de tener mayoría en la Asamblea. Para empezar, se debería hacer una reforma de la Constitución Política del Estado y del sistema judicial. Si no se logra este último en el corto plazo, o por lo menos realizar grandes cambios, será muy difícil gobernar y avanzar. Es decir, si no se tiene un sistema judicial que tenga la capacidad de impartir justicia eficiente y eficazmente, estas “movilizaciones sociales”, que no son tal y que más bien apuntan a matar a otro boliviano o infligir con malicia a otro conciudadano, a destruir el país por intereses subalternos y seguir viviendo de prebendas, serán el pan de cada día. El nuevo gobierno de oposición estaría condicionado de entrada porque tendría que ejecutar políticas económicas que necesariamente traerían sacrificio y dolor a todos. El corte del gasto público y reducción del número de funcionarios del Estado, incluyendo el cierre de las empresas estatales, engrosarían las filas de los actuales manifestantes chapareños y no chapareños porque quedarían desempleados. Si se quiere poner orden y aplicar la ley a la minería ilegal y poner en su lugar a los “multiculturales” y al avasallamiento de tierras rurales, se sumarían otro tanto a las “movilizaciones sociales.” Todo esto contaría con el buen colchón financiero del MAS robado en estos 20 años y el financiamiento casi infinito del narcotráfico. Es más, se necesitará de una policía nacional y fuerzas armadas saneadas y despolitizadas. Por último, como si fuera poco, con estos cuerpos hay que recuperar el Chapare. Solamente eso, sin mencionar la necesidad de aplicar políticas económicas para atraer inversiones nacionales y extranjeras, y turismo, entre otras, sería muy difícil de ejecutar.

Ese es el desafío y eso es lo que se nos viene si los bolivianos no nos unimos en una sola candidatura de oposición. Es más, a ver si este posible panorama de Dante Alighieri hace reflexionar a los candidatos para unirse y escoger uno solo porque el desafío será descomunal. ¿Quién tiene mejores probabilidades de liderar: Tuto, Samuel, Jaime? Eso sí, quién quiera que fuese elegido presidente, se esperaría el apoyo 90% incondicional de los otros dos líderes para que Bolivia salga a flote y emprenda un nuevo camino lleno de esperanza. El MAS se está uniendo alrededor de Andrónico quien considera que Evo es el mayor referente de la historia de Bolivia, “que siempre lo tendrá presente.” Terrorífico. Dijo expresamente que “están en las carreteras con justa razón”; es decir con las muertes y la destrucción y con aceptar la candidatura de su mentor. Admira a Evo y seguirá su ejemplo si llega a ser presidente. Los masistas y todos los que se han beneficiado del prebendalismo organizado, individual o colectivo (organizaciones), y la corrupción, lo apoyarán.

Como “alivio” o “consuelo” a este cruento posible panorama, Arce nos ha hecho dos regalos “sin querer queriendo”. Uno, ya ha devaluado el boliviano; el nuevo gobierno sólo tendrá que oficializarlo. Dos, ha allanado la eliminación de las subvenciones de los carburantes; caso contrario viviremos por mucho tiempo con desabastecimiento y largas colas que afecta la actividad económica enormemente y calidad de vida de todos los bolivianos. La espiral inflacionaria se dará de todas maneras.

Con la UDP, los bolivianos nos traumamos con la hiperinflación, realmente caló hasta nuestros huesos. Con un tipo de cambio por casi 20 años, ojalá la población también salga escaldada; no se puede vivir con una moneda sobrevalorada toda la vida y “pasarla bomba.” Con la subvención de los carburantes, ojalá estemos aprendiendo que no hay nada gratis en este mundo y que todo se paga al final. Con el MAS y el socialismo disfrazados de “modelo Económico Social Comunitario Productivo” (qué bueno ha generado de económico, social, comunitario o productivo, sino más bien el descalabro en cada uno de ellos), aprendamos de que: la separación de poderes es clave para nuestra libertad individual, la aplicación de la ley es importante para la convivencia de la sociedad y generar trabajo, la transparencia es esencial para controlar que las autoridades nacionales y subnacionales no despilfarren nuestros impuestos, y el mercado libre es lo mejor para el crecimiento económico, la generación de empleos y el desarrollo.

Elijamos bien. Las consignas de libertad individual, democracia, propiedad privada, mercado libre, etc., con las cuales yo y todos los bolivianos de bien nos identificamos, son importantes y útiles por lo menos por dos motivos. Uno, porque representan el faro, la guía para no perder de vista al momento de tomar decisiones y ejecutar políticas, etc. Dos, son valores que nos une a la mayoría de los bolivianos. Pero, llegado el momento, esas consignas se las puede llevar el viento. Lo que necesita Bolivia es un presidente con la capacidad intelectual, liderazgo y experiencia política, y grupos parlamentarios liderados activamente para apoyar a ese presidente único de la oposición. Los bolivianos no queremos volver al presente de caos, no queremos volver al presente de Venezuela.

Oscar Antezana Malpartida | Columnista