El corazón del capitalismo mundial fue sacudido este martes por un inesperado giro político. Zohran Mamdani, un socialista democrático de 33 años, se impuso en las primarias demócratas por la alcaldía de Nueva York, derrotando al veterano Andrew Cuomo. En una ciudad símbolo del libre mercado, un dirigente que propone congelar alquileres y crear supermercados públicos se convirtió en el favorito para dirigirla.
El triunfo de Mamdani es más que un resultado electoral: es una señal de cambio en una ciudad golpeada por el costo de vida, la desigualdad y el desencanto político. Su victoria supone el avance más serio del ala progresista del Partido Demócrata desde las elecciones de 2020, y podría transformar el mapa político estadounidense.
La candidatura de Mamdani canalizó la frustración de sectores urbanos, jóvenes y latinos que ya no encuentran respuesta en los discursos tradicionales. Su campaña en español, directa y sin adornos, resonó especialmente entre los votantes del Bronx y Queens, donde obtuvo una mayoría clara frente a Cuomo.
Cuomo, exgobernador con décadas de carrera y apoyos poderosos, reconoció la derrota con elegancia. “Esta noche fue la noche del asambleísta Mamdani”, declaró. Pero la humillación fue inevitable. Su regreso político, impulsado por sectores del establishment, se estrelló contra una ola progresista imparable.
Mamdani, hijo de inmigrantes, no solo logró ganarse a las bases del partido, sino también desafiar los ataques más feroces. Fue acusado de extremismo por sus posturas sobre Israel y por propuestas como el transporte gratuito y la regulación estatal de alimentos. Lejos de retroceder, defendió cada punto con firmeza y empatía.
El mensaje fue claro: autenticidad por encima de cálculo. Mientras los republicanos celebraban su victoria como una oportunidad para caricaturizar a los demócratas, líderes como Alexandria Ocasio-Cortez y Nydia Velázquez vieron en él el futuro de una izquierda sin complejos.
A nivel nacional, la victoria de Mamdani abre una grieta en el Partido Demócrata. Mientras senadores y gobernadores guardaban silencio, él tejía alianzas con votantes marginados por años. Su estilo recuerda al de figuras como Bernie Sanders, pero con una energía más joven y urbana.
Aún resta saber si Cuomo y el actual alcalde Eric Adams insistirán como independientes en noviembre. Pero en una ciudad demócrata por aplastante mayoría, quien gana las primarias suele ganar la alcaldía. El escenario está servido para que, por primera vez en la historia, un socialista gobierne la capital simbólica del capitalismo.
Mamdani cerró su discurso con palabras de Nelson Mandela: “Siempre parece imposible hasta que se hace”. Hoy, en Nueva York, lo imposible está a punto de ocurrir.
