
El viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera, denunció este lunes que los recientes linchamientos ocurridos en Shinahota, en el Trópico de Cochabamba, reflejan una grave transgresión a la legalidad y para consolidar un control político territorial, con la presencia de grupos violentos.
“Se trata de dos muertes que no pueden quedar en el olvido (…). Lo que estamos viendo allá (en el Trópico) es indudablemente una perpetuación de la violencia”, afirmó Aguilera en entrevista con Bolivia Tv.
En los últimos días, dos personas fueron golpeadas, torturadas y ejecutadas por pobladores en esa región. Se trata de Richard Alca Mamani Rojas y Richard Romero Alá, este último fue grabado en video mientras era interrogado antes de su muerte.
Según el viceministro, lo que se vive en la zona es una violación al principio de legalidad y un intento deliberado de ejercer justicia por mano propia bajo el pretexto de justicia comunitaria.
Ante esta situación, denunció que en el Trópico de Cochabamba se intenta imponer un control político del territorio, que se traduce en la resistencia sistemática a la presencia de las fuerzas del orden.
“Desde nuestra perspectiva, este acoso y aquellas conductas delictivas están relacionadas con la expulsión de la Policía, fundamentalmente porque lo que se pretende es una protección de actividades ilícitas”, denunció.
También vinculó estos hechos con las recientes intervenciones del Viceministerio de Defensa Social, que halló 48 fosas de maceración de droga en operativos realizados en la región, lo que demuestra una vinculación directa con el narcotráfico.
En ese contexto, Aguilera advirtió sobre la existencia de estructuras violentas en la zona, incluso con características de grupos paramilitares.
“El uso excesivo de la violencia, como torturas y el empleo de gasolina, es evidencia de métodos extremos asociados a esas organizaciones paramilitares en el Trópico de Cochabamba”, afirmó.