Tribuna

La democracia tiene muchos ropajes

La democracia tiene muchos ropajes
Mario Malpartida - Periodista | Periodista
| 2025-07-15 00:06:05

Llegado el momento del caos, todos quisieran ser parte del gobierno. Sin embargo, no todo está dicho: hay maneras legítimas de intentarlo. Una de ellas es votar por un solo candidato bajo el régimen de partido único, que represente los intereses de la población en todos sus estamentos, como en China o en Corea del Norte. El unipartidismo es, por ahora, más propio de ideologías comunistas.

En otros países rige el bipartidismo clásico, como en Inglaterra —laboristas y conservadores—, así como en los Estados Unidos —demócratas y republicanos—. También fue así durante muchos años en Colombia: conservadores y liberales. La democracia de México permitió conocer el tripartidismo, que, en su contexto histórico, empezó como una forma de diálogo social, evitando hegemonías para alcanzar el poder.

El tripartidismo se asocia con la concertación entre gobierno, organizaciones de empleadores y sindicatos, para abordar temas laborales y sociales. En términos políticos, describe sistemas con tres partidos principales que compiten por constituir el Estado.

En Latinoamérica se implantó el multipartidismo para compartir, en los hechos, una alícuota de la burocracia y de todo aquello que se paga con los dineros del pueblo. En cambio, el pluripartidismo, como conciencia colectiva, promovería la actividad de partidos políticos con la suficiente fuerza para obtener parlamentarios, de manera que estos representen los intereses del pueblo y no solo de dos o tres partidos. Reconduciría el ímpetu populista junto con la existencia irreversible de los movimientos sociales. Para eso, será necesario cambiar la fórmula distribuidora que permita asignar bancadas entre quienes alcancen un número razonable de votos, proporcional al número de sufragantes. Sería otra manera de estructurar el contrapeso, no solo coyuntural sino como solución permanente, y evitar así los excesos de los gobernantes.

Enardecidos son los puntos de vista de quienes están en contra; le llaman "divisionismo político innecesario", que debilitaría al poder. ¿Qué clase de democracia quieren los bolivianos? Se refiere a cómo se organizan las instituciones y se distribuye el ejercicio del poder.

Otra categoría para ejercer la democracia representativa es aquella que vincula al órgano legislativo con las opciones de bicameralidad o unicameralidad. Elegir entre ambas es un descomunal desafío para un país que busca un derrotero eficaz en su intento de ser feliz. Ejemplos de unicameralismo son Costa Rica, Panamá y otros países de Europa, como Portugal: una sola cámara o asamblea que funciona como un solo cuerpo.

El sistema unicameral se caracteriza por su sencillez y eficiencia; la toma de decisiones puede ser más rápida y menos burocrática. Por otro lado, su responsabilidad es más visible, pues los representantes son directamente responsables ante los ciudadanos, sin la posibilidad de culpar a la otra cámara.

Los miembros representan al electorado de manera pareja: no existe mayoría autocrática ni minoría irrelevante. Para cambiar de ropaje a la democracia, hará falta una renovación cultural, porque “hacemos lo que somos”, como realidad social.

Mario Malpartida - Periodista | Periodista