
Ilusión e ímpetu frente a desesperanza y apatía: doce meses separan estos estados de ánimo entre los venezolanos. Un tiempo en el que Nicolás Maduro se vuelto a proclamar presidente de Venezuela sin haber mostrado jamás las actas que lo avalaban, tal y como establece la ley.
Un año en el que el chavismo venció en las elecciones regionales y legislativas celebradas el 25 de mayo, y se hizo con la mayoría de las alcaldías el 27 de julio. Ambos comicios no contaron con la participación de la principal coalición opositora, que decidió no concurrir por considerar fraudulentos los resultados de las presidenciales mostrados por el Consejo Nacional Electoral que dieron la victoria hace un año a Nicolás Maduro.
Apatía de los votantes
"La juventud venezolana, jóvenes de 18 o 19, hasta los veintipocos años, hoy por hoy no están pendientes de las elecciones municipales. La participación en ese rango etario fue muy baja, a diferencia de lo que ocurrió el 28 de julio, donde se sentía un ánimo de los jóvenes por participar, sobre todo porque anhelan un país distinto, un país de oportunidades”, dice a DW desde Venezuela Miguel Ángel Suárez, presidente de la Federación de Centros Universitarios de ese país.
Esa apatía de los jóvenes sería extrapolable al conjunto de los 21 millones de ciudadanos llamados a votar en las municipales. Mientras el CNE aseguró que la participación fue del 44 por ciento, hay voces que denuncian que esa es una cifra inflada artificialmente. "Se ha perdido la esperanza, por parte de la población venezolana, de poder transformar su sistema político a través de la participación en un certamen electoral”, dice a DW Ronal Rodríguez, vocero e investigador del Observatorio de Venezuela, de la Universidad del Rosario (Colombia).
En este momento, los ciudadanos están más preocupados por evitar la persecución del régimen: "Hay autocensura incluso en la vida privada. Hoy muchos ciudadanos prefieren salir a la calle sin sus dispositivos móviles, porque temen ser extorsionados por los cuerpos de seguridad o ser apresados”, denuncia el investigador.
"A todas luces, fue una contundente demostración de rechazo popular al régimen de Maduro”, comenta a DW, por su parte, Mireya Rodríguez, exparlamentaria y escritora venezolana. "A pesar de las reiteradas maniobras para asegurar victorias locales mediante inhabilitaciones, chantajes, uso indiscriminado de la violencia y de los recursos públicos, la oposición democrática, liderada por la fuerza moral y estratégica de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, sigue siendo el Gobierno electo del 28 Julio de 2024”, zanja Mireya Rodríguez.
El papel de la oposición
Hace un año, la dupla Machado-González Urrutia logró articular el malestar de los venezolanos para convertirlo en un movimiento entusiasta frente al chavismo. Hoy, Machado trata de mantener viva la llama opositora desde la clandestinidad, mientras González Urrutia vive exiliado en Madrid. En este tiempo, las desavenencias con otras voces opositoras han sido importantes por el rechazo a que candidatos la oposición concurran a los procesos electorales convocados en 2025 por el chavismo.
"Los jóvenes pediríamos a la dirigencia opositora que pudieran llegar a acuerdos políticos que permitan reconducir la lucha y la estrategia hacia la reconstrucción de una democracia en Venezuela”, valora Miguel Ángel Suárez. El líder universitario señala que la desarticulación de los movimientos políticos de oposición sucede en el contexto de "una represión desmedida y una persecución sistemática entre aquellos que, hoy por hoy, seguimos haciendo política en Venezuela”.
"La Venezuela del futuro ya está en marcha. Y para eso contamos con figuras de unidad como Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, una lideresa firme, visionaria, que ha sabido resistir la persecución con valentía”, destaca Mireya Rodríguez. "La oposición se encuentra en una posición única, con un mandato popular y un reconocimiento internacional que no había tenido en mucho tiempo. El objetivo es convertir ese Gobierno electo hace un año en una realidad tangible para el Gobierno venezolano y su diáspora”, prosigue la exparlamentaria venezolana.