Tribuna

Envidia y psicosalud

Envidia y psicosalud
Javier Gómez Graterol - Sacerdote y Periodista | Sacerdote y Periodista
| 2025-08-16 06:58:18

El correspondiente artículo debería llamarse “Envidia, pecado capital, parte 3) pero debido a que hubo circunstancias que me hicieron interrumpir las reflexiones sobre la envidia, continúo la reflexión con otro título para dar a entender que este se puede leer sin haber visto los anteriores.

Envidia y el bienestar psicológico están estrechamente relacionados: La envidia es una emoción compleja que, si no se gestiona de forma saludable, puede tener un impacto muy negativo en la salud mental de cualquiera.

Los puntos clave de tal impacto sobre esta relación son:

Científicamente se ha visto que impacta la psicosalud:

La envidia es la emoción que surge cuando se ve que otra persona tiene algo que se desea para sí, ya sean logros, posesiones materiales, atributos personales o relaciones. Suele ir acompañado de un sentimiento de inferioridad y un profundo malestar.

Cuando es persistente, puede contribuir a problemas como:

Baja autoestima: La envidia constante lleva a compararse con los demás, lo que puede minar nuestro sentido de valía personal y hacer que nos concentremos en nuestras supuestas deficiencias en lugar de las fortalezas.

Depresión y ansiedad: Al estar constantemente insatisfecho con la propia vida y centrarnos en lo que otros tienen, se puede caer en un ciclo de resentimiento, tristeza y autocrítica. La investigación ha demostrado una correlación positiva entre la envidia y la depresión.

Aislamiento social: La envidia puede llevarnos a sentir resentimiento hacia los demás, minimizar sus éxitos, lo que deteriora tus relaciones y puede llevar al aislamiento.

Conductas destructivas: En su forma más dañina, la envidia puede llevar a desear que a la otra persona le vaya mal (lo que se conoce como “schadenfreude”), o incluso a tener conductas dañinas, aunque sea de forma sutil.

Los Dos Tipos de Envidia

Es importante diferenciar entre dos tipos de envidia, ya que no todas tienen el mismo efecto:

Envidia benigna o constructiva: Este tipo de envidia surge como un deseo de alcanzar los logros del otro, pero sin resentimiento. En lugar de querer que la otra persona pierda lo que tiene, le sirve como una motivación para mejorar y trabajar en tus propias metas. Por ejemplo, si admiras el éxito profesional de un amigo, te esfuerzas por formarte más o buscar nuevas oportunidades (hay quienes dicen que la admiración es una envidia positiva).

Envidia maligna o destructiva: Este es el tipo de envidia más tóxica. Implica un resentimiento profundo y el deseo de que la persona envidiada fracase o pierda aquello que se desea. Este tipo de envidia es el que más daño hace a tu salud mental, ya que sumerge al que la padece en un estado constante de amargura e infelicidad.

¿Cómo Gestionar la Envidia de Forma Saludable?

Aunque la envidia es una emoción natural, se puede gestionar para evitar que nos afecte negativamente. Aquí algunas estrategias:

Practicar la gratitud: Al centrarnos en las cosas buenas que ya tenemos en la vida, se valoran los propios logros y circunstancias, lo que reduce la sensación de carencia.

Fortalecer la autoestima: Trabajar en aceptarnos a nosotros mismos como seres con virtudes y defectos. Recordar que cada persona tiene su propio camino y que no necesitamos compararnos para ser o sentirnos valiosos.

Convertir la envidia en inspiración: Cuando sintamos envidia, detengámonos a pensar qué es lo que realmente admiramos de la otra persona. Usar ese sentimiento como un motor para establecer nuestras propias metas y trabajar para alcanzarlas.

Limitar la exposición a las redes sociales: Las redes sociales a menudo muestran una versión idealizada de la vida de los demás, lo que puede ser un detonante para comparaciones y envidia.

Buscar apoyo profesional: Si la envidia es una emoción persistente que afecta el bienestar y relaciones, un terapeuta puede ayudar a entender su origen y a desarrollar herramientas para gestionarla de forma constructiva. Dios con nosotros.

Javier Gómez Graterol - Sacerdote y Periodista | Sacerdote y Periodista