
Entrevista ficticia entre Donna Summer y su médico poco antes que se produjera su fallecimiento, ambos con la animosidad de adolecentes olvidando por un momento la realidad del diagnóstico sumiéndose en un ambiente de ironía y desdén.
Médico: Señora Summer, sus análisis dicen que debería descansar más. ¿Ha considerado tomarse unas vacaciones… de la música, quizás?
Donna: Ah, claro, doctor. Porque lo primero que me viene a la mente cuando pienso en descansar es dejar de hacer lo que me apasiona. Muy sensato.
Médico: Es que no quisiera verla agotada. Su corazón… ya sabe, no queremos que explote de tanto ritmo disco.
Donna: Explote, dice… Tal vez sea mi manera de repartir alegría por el mundo. ¿No es eso lo que hacen los médicos, repartir alegría, verdad?
Médico: Bueno, en mi caso es más “repartir consejos que nadie sigue”. Pero veamos, ¿cómo se siente al subir al escenario últimamente?
Donna: Como si estuviera corriendo un maratón… sobre tacones… con luces cegándome… y un público que espera que yo aún tenga energía después de cinco conciertos seguidos.
Médico: Suena agotador… ¿y cómo va con la dieta y el descanso nocturno?
Donna: Mi dieta consiste en café y aplausos; el descanso nocturno viene después del último bis, si acaso me queda tiempo entre un grito de fan y otro.
Médico: Ah… la famosa rutina de la diva del disco. Por favor, no me diga que también ignora los consejos médicos.
Donna: Doctor, si siguiera todos los consejos médicos, probablemente estaría cantando ópera en mi sala de estar en vez de hacer bailar a millones. Hay prioridades.
Médico: Está bien, pero recuerde: aunque su público la adore, su cuerpo no tiene la opción de poner play y pausa.
Donna: ¡Ay, doctor! ¿Y quién dijo que necesito pausa cuando puedo tener adrenalina? Pero prometo que entre un disco y otro intentaré no desmayarme sobre el escenario.
Médico: Esa es la actitud… a su manera. Aunque sospecho que la única manera de que realmente descanse será si alguien la arrastra hasta la cama.
Donna: En ese caso, será un arrastre muy rítmico. Nada de dramas, solo un paso de baile hacia el descanso.
Médico: Bien, Donna… mientras siga siendo tan irónica como mi café mañanero, al menos nos reiremos un poco mientras cuidamos su salud.
Donna: Exacto, doctor. Salud con ritmo, y que no falte un toque de sarcasmo para endulzar la cura.
El que ausculta palabras… donde no llega el bisturí va la
letra…