Aunque en la actualidad la conectividad digital es prácticamente omnipresente, muchos jóvenes afirman sentirse más solos que nunca (aunque hay personas de otras edades a las que les pasa lo mismo, me dedicaré solo a los jóvenes en esta entrega).
Acudir a la superficialidad de las interacciones en línea no satisface, más bien puede generar un sentimiento de aislamiento profundo. Muchos jóvenes terminan preguntándose si sus relaciones son auténticas o si alguna vez encontrarán una conexión significativa y duradera.
Se habla de un aumento de los problemas de salud mental: depresión y ansiedad, cada vez más prevalentes en esta generación. Esta soledad juvenil no es simplemente una falta de compañía, es una sensación profunda de desconexión y aislamiento, incluso cuando están rodeados de gente. Las causas de este fenómeno son complejas y se entrelazan, a raíz de lo tecnológico, con factores sociales, y personales.
Estas son las principales causas del aumento de la soledad y el aislamiento en los jóvenes:
1. La paradoja de la hiperconectividad y la superficialidad digital
Interacciones no auténticas: Las redes sociales, si bien ofrecen una conexión constante, a menudo promueven interacciones superficiales y la creación de una "identidad perfecta". La presión por mantener una imagen idealizada y el lenguaje no verbal (expresiones, gestos, tono de voz) se pierden, lo que dificulta la formación de vínculos genuinos y profundos. Los "amigos" en línea pueden no equivaler a un apoyo social real.
Comparación constante: Estar viendo constantemente las vidas aparentemente perfectas de otros en plataformas como Instagram o TikTok, y compararla con la propia, puede generar un sentimiento de insuficiencia. Si la realidad de un joven no coincide con lo que ve en las redes, puede sentirse aislado y "quedarse atrás".
Miedo a la confrontación: La comunicación en línea permite evitar el contacto cara a cara y la incomodidad de los desacuerdos. Esto trastoca las habilidades sociales necesarias para resolver conflictos y construir relaciones sólidas en la vida real.
2. Debilitamiento de las habilidades sociales
Falta de práctica: El tiempo excesivo en el mundo digital reduce las oportunidades para practicar y desarrollar habilidades sociales clave como la empatía, la comunicación no verbal y, de capital importancia, la resiliencia ante el rechazo.
Acoso y traumas: Experiencias negativas como el acoso escolar o el ciberacoso pueden minar la confianza en los demás y generar un miedo a abrirse o a establecer nuevas relaciones.
3. Presión académica y laboral
Exceso de exigencia: La presión para alcanzar altos rendimientos académicos o para "tener éxito" profesionalmente puede hacer que los jóvenes se aíslen para dedicarse al estudio o al trabajo, dejando de lado sus relaciones personales.
Incertidumbre económica: La preocupación por un futuro laboral precario y la dificultad para emanciparse pueden generar un estrés crónico que, a su vez, contribuye al aislamiento social.
4. Cambios en las dinámicas familiares y sociales
Factores familiares: Aunque las relaciones familiares sólidas son un factor protector contra la soledad, dinámicas disfuncionales o una falta de comunicación en casa pueden contribuir a que el joven se sienta solo e incomprendido.
Menor participación comunitaria: En general, se observa una disminución de la participación en actividades comunitarias y organizaciones que tradicionalmente fomentaban el sentido de pertenencia y las conexiones significativas. Santa Teresa de Ávila dijo: "Cuando se sientan solas, recuerden que el alma no está sola, porque tienen un esposo que es Dios."
La soledad juvenil no es un problema simple de "no tener amigos", sino el resultado de un entorno social y digital que, a pesar de ofrecer conexiones constantes, a menudo carece de la profundidad y la autenticidad necesarias para combatir la sensación de aislamiento, y no ayuda a que la persona pueda hacer algún esfuerzo para desarrollarlas.
Vemos el reciente caso de las personas que se han sentido mal porque Chat GPT desconectó un modelo de personalidad que les hizo sentirse acompañados, estimados, queridos, etc., y por ello hicieron reclamos a la empresa que terminaron en que el modelo se reactivase bajo pago.
Como Iglesia, se pueden ofrecer varias soluciones desde una perspectiva espiritual y comunitaria:
1. Fortalecimiento de la comunidad: La Iglesia siempre ha sido capaz de fomentar la creación de grupos de jóvenes en comunidades parroquiales que ofrezcan un espacio para interacciones saludables, apoyo mutuo y actividades recreativas y espirituales. Esto ayuda a construir amistades y un sentido de pertenencia.
2. Actividades de voluntariado: Involucrar a los jóvenes en actividades de servicio a los demás. El voluntariado proporciona una sensación de propósito, y también brinda la oportunidad de conocer a otros y crear lazos significativos.
3. Espiritualidad y oración: Promover la práctica de la oración y la reflexión espiritual. La oración puede ser una fuente de consuelo, y fomentar la conexión con Dios, esto ayuda a combatir la sensación de soledad. San Juan de la Cruz dice "El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa, ni en la soledad está sola", y San Francisco de Sales afirmó: "La soledad es el paraíso de los contemplativos”.
4. Acompañamiento psicoespiritual: Ofrecimiento de apoyo a través de sacerdotes, consejeros o agentes pastorales que puedan escuchar y orientar a los jóvenes en su búsqueda de sentido y pertenencia.
5. Eventos y retiros: Organización de retiros espirituales, jornadas de reflexión y eventos recreativos donde los jóvenes puedan reunirse, compartir sus experiencias y crecer en la fe. Nuestros hermanos separados captan a muchos jóvenes haciendo este tipo de actividades, además de conciertos.
Dios nunca nos deja solos, y en comunidad donde se puede encontrar apoyo y comprensión. Dios con nosotros.