El partido entre Independiente y Blooming, previsto para la noche del domingo en el estadio Patria de Sucre por la jornada 19 de la División Profesional, terminó en un verdadero papelón: un apagón de torres de iluminación, más de una hora de incertidumbre, suspensión oficial y hasta agresiones contra los jugadores visitantes. Finalmente, el duelo fue reprogramado para este lunes a las 19.30.
Todo comenzó con una torrencial lluvia en la capital, que provocó fallas en dos torres de iluminación. Aunque en un principio se informó que el problema podía solucionarse en 15 a 30 minutos, las luces no volvieron a encenderse de manera adecuada. Ante esa situación, la delegación de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) decidió suspender el encuentro.
El desconcierto fue mayor porque, tras la primera comunicación de que el partido no se jugaría, los futbolistas de Blooming incluso se habían cambiado de indumentaria. Minutos después, se intentó presionar al equipo cruceño para que juegue pasadas las 21.00, cuando el tiempo de espera reglamentario ya se había cumplido, lo que generó aún más tensión. Finalmente, el delegado de la FBF, Walter Romero, oficializó la reprogramación para este lunes a las 19.30.
Pero el clima de tensión aumentó más afuera del estadio. Hinchas locales, molestos por lo ocurrido, acusaron a los celestes de no querer disputar el compromiso y, en medio de insultos, arrojaron objetos contra los jugadores cuando estos se retiraban al bus rumbo a su hotel de concentración. Imágenes de lo ocurrido fueron difundidas por la prensa del club Blooming.
