Santa Cruz

Reportan nuevo avasallamiento de una propiedad en Guarayos

La irrupción de los grupos violentos se produjo este domingo 5 de octubre. Los invasores habrían robado además 130 cabezadas de ganado.

Denuncian otro violento avasallamiento en una propiedad ubicada en la provincia Guarayos del departamento de Santa Cruz.
Santa Cruz | Redacción El Día | 2025-10-06 12:05:23

En las últimas horas se denunció otro violento avasallamiento en una propiedad ubicada en la provincia Guarayos del departamento de Santa Cruz. La irrupción de los grupos violentos se produjo este domingo 5 de octubre. Los invasores habrían robado además 130 cabezadas de ganado.

Esta nueva toma ilegal ocurre días después del desalojo del predio cañero Patajú, el pasado viernes 3 de octubre. La propiedad estaba tomada desde el 27 de septiembre por unos 200 avasalladores que ingresaron encapuchados. El fin de semana, siete implicados fueron enviados a prisión con detención preventiva.

Ante este nuevo avasallamiento en el predio Río Negro, de la familia Julio, el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Klaus Frerking, insistió en que se debe aplicar mano dura y garantizar la seguridad jurídica a los productores.

“Somos contundentes de que se tienen que terminar los avasallamientos. Si entran personas armadas a robar, a secuestrar, que es lo que tiene que suceder. Que actúe la Policía, el Ministerio Público. Que se cumpla el derecho propietario”, señaló Frerking.

El predio Río Negro se encuentra ubicada en la carretera Santa Cruz – Trinidad, entrando unos 20 kilómetros de la ruta principal. Una de las propietarias difundió un video en el que denunció que los invasores habían colocado troncos a lo largo del camino para evitar el ingreso hasta el lugar y denunció que, según reporte de los trabajadores, los avasalladores se habían llevado unas 130 cabezas de ganado.

"Estoy aquí con toda mi gente en la zona de Guarayos, cerca de Cerro Chico. He llamado a la Policía, ha venido la Policía, no ha hecho nada", lamentó la mujer.

Uno de los trabajadores denunció que los invasores destruyeron todo el alambrado y los corrales.