
El mundo del rock está de luto. Paul Daniel “Ace” Frehley, guitarrista y miembro fundador de Kiss, falleció a los 74 años tras sufrir complicaciones derivadas de una grave caída. Su familia confirmó la noticia a través de un comunicado difundido por Variety, en el que revelaron que el músico se encontraba conectado a soporte vital antes de su partida.
“Estamos completamente devastados y desconsolados. En sus últimos momentos, tuvimos la fortuna de rodearlo de palabras, pensamientos, oraciones e intenciones amorosas”, expresó su familia, pidiendo que los fans lo recuerden por su música, su legado y su carisma inconfundible.
Frehley fue parte fundamental en la formación de Kiss en 1973 junto a Paul Stanley, Gene Simmons y Peter Criss. Su estilo único, su característico maquillaje como “Spaceman” y su guitarra ardiente marcaron a toda una generación. Estuvo con la banda hasta 1982 y regresó para una reunión en los años 90, dejando huella con su impronta inconfundible.
En los últimos días, el estado de salud del músico fue objeto de especulaciones. Mientras un representante decía que “no había confirmación de su fallecimiento”, el portal TMZ reportó que Frehley estaba conectado a soporte vital tras una hemorragia cerebral provocada por una caída en septiembre. Su mánager de gira había informado previamente que Ace canceló fechas por una “caída menor”, pero el deterioro fue evidente y progresivo.
Ace Frehley no solo fue un ícono de Kiss: también brilló por cuenta propia. En 1978, su álbum solista fue el más exitoso entre los cuatro integrantes del grupo. Más adelante, fundó su banda Frehley’s Comet y siguió activo, con presentaciones y discos que reafirmaban su vigencia.
El legado de Frehley trasciende su técnica en la guitarra. Fue una figura influyente para generaciones enteras de músicos. Su aporte en discos clásicos como Alive! (1975) y Dynasty (1979) definió parte del ADN del hard rock de los 70 y 80.
Hoy, el mundo del espectáculo despide a un verdadero pionero, mientras el “Kiss Army” —la comunidad global de fans— lo homenajea con la fuerza de un riff eterno. “La magnitud de su fallecimiento es de proporciones épicas e incomprensibles”, dijo su familia. Y tienen razón: se va una estrella, pero su luz no se apaga.