…hasta el último minuto

No hay dinero para comprar combustible. Los hospitales colapsan porque no hay recursos para pagar a los médicos ni para adquirir medicamentos. Los productores no pueden transportar su carga porque las cisternas están vacías. Las familias hacen colas para conseguir lo básico. Pero, milagrosamente, sí aparece el dinero cuando se trata de premiar a los funcionarios públicos. El Gobierno de Luis Arce, con el Decreto Supremo 5470, ha ordenado pagar las vacaciones acumuladas a toda la burocracia estatal en un plazo de 45 días. No hay fondos para la salud, ni para el campo, ni para la educación, pero sí hay para mantener contenta a la clase parasitaria que ha llevado al país a la ruina. Es un insulto al pueblo, un monumento a la desvergüenza. Este decreto no es un acto de justicia laboral. Es un premio a la mediocridad, a la ineficiencia, al servilismo. Mientras el país se apaga lentamente, el Gobierno se asegura de exprimir hasta el último centavo del Tesoro General. Es el saqueo final de un régimen que convirtió la corrupción en su mayor talento.