
Estados Unidos decidió no anunciar un aumento de los aranceles a Colombia, pese a las advertencias previas del presidente Donald Trump, quien había amenazado con imponer nuevos gravámenes en respuesta a la reciente crisis diplomática con el gobierno de Gustavo Petro.
Kevin Hassett, asesor económico de la Casa
Blanca, confirmó que “no hay ningún anuncio previsto por el momento”,
ofreciendo un respiro temporal al comercio bilateral entre ambos países. La
medida llega apenas un día después de que Trump insinuara posibles represalias
comerciales.
La tensión se originó cuando Trump acusó a
Petro de ser “un líder del narcotráfico” y anunció el fin de la ayuda económica
estadounidense a Colombia. El presidente colombiano respondió calificando al
mandatario estadounidense de “grosero e ignorante con Colombia”, profundizando
el conflicto diplomático.
Desde abril, Estados Unidos aplica una base
arancelaria del 10% sobre las exportaciones colombianas, en línea con su
política proteccionista hacia otras naciones latinoamericanas. Pese a ello, el
gobierno estadounidense no ha oficializado nuevas tarifas, aunque fuentes del
Congreso mencionan la posibilidad de gravámenes de hasta 25% si la tensión
política aumenta.
El senador republicano Lindsey Graham advirtió
que el equipo económico de Trump estudia “opciones de presión comercial” sobre
Bogotá, recordando la amenaza similar del 25% en enero, relacionada con la
negativa de Colombia a recibir vuelos con migrantes deportados. Aunque
finalmente no se aplicaron, las advertencias permanecen latentes.
De concretarse los nuevos aranceles, los
sectores más afectados serían flores, café y textiles, pilares de las
exportaciones colombianas hacia Estados Unidos. Analistas advierten que un
incremento del 25% reduciría la competitividad y pondría en riesgo miles de
empleos vinculados al comercio exterior.
Mientras la Cancillería colombiana busca
canales de diálogo y respaldo regional para mantener la estabilidad comercial,
Trump insiste en revisar acuerdos con países que, según él, “no cooperan con
los intereses estadounidenses”. Colombia enfrenta ahora el desafío de
equilibrar sus relaciones diplomáticas para proteger sus lazos económicos con
su principal socio comercial.