
Con altavoz en mano y minutos después de recuperar su libertad, la expresidenta de Bolivia Jeanine Añez dio sus primeras palabras tras salir del penal de Miraflores luego de cuatro años y ocho meses de detención. Remarcó que en el 2019 no hubo un golpe, sino un fraude. Agregó que nunca se arrepentirá de haber servido a la patria y reveló otros detalles sobre el deterioro de su salud durante su encierro como las lagunas mentales que la aquejan. A continuación lo más destacado de su mensaje.
Los hechos que la llevaron al poder
“En este país jamás hubo un golpe de Estado, lo que hubo fue un fraude electoral que nos llevó a todos los bolivianos a reclamar nuestro derecho a que nuestro voto sea respetado. Jamás, quiero que todo el pueblo boliviano lo sepa, jamás voy a arrepentirme de haber servido a mi patria cuando mi patria lo necesitó. Ese es el compromiso que todo boliviano que ama a su patria tiene que hacer y yo lo asumí aún sabiendo que en algún momento iba a tener un costo”.
Resalta que no pudieron doblegarla
“Quisieron doblarme. Yo di por mi patria todo lo que tenía que dar porque así somos los que amamos a nuestra Bolivia. Tengan la seguridad que lo hice con mucha convicción y con mucha buena fe. Las personas decentes no somos politiqueras, no somos calculadoras, no buscamos nuestro propio bien, sino el bien colectivo”.
El calvario de su tiempo en prisión
“Ha sido un tiempo muy duro, muy doloroso, pero esto me ha enseñado a tener la fuerza de la resiliencia. Ha sido una experiencia tan dolorosa, no solamente para mí, (sino también) para mis hijos y mi familia, que lo sufrieron conmigo, que llevaron este calvario durante estos casi cinco años de encierro injusto donde me trataron como una verdadera delincuente, sin compasión alguna”.
El encierro afectó su salud pero sigue de pie
“Tuve momentos en que mi salud se deterioró tanto, que debo comentarles que tengo muchísimas lagunas mentales, pero aquí estoy fuerte, de pie, sirviendo a Bolivia desde donde me toque. Agradecida con Dios porque también me enseñó que la resiliencia es muy importante y la importancia que debe tener una persona que tiene la frente en alto ante la injusticia”.
Destaca que no cometió ningún hecho ilícito
“Tengo la frente en alto porque no tengo ninguna cola ni un dedo que me apunte. Yo puedo ver a los ojos a todas las personas, porque aunque el régimen me acusó, me abrió nueve procesos, no pudieron encontrarme ningún hecho de corrupción”.
Espera el fin de la persecución y presos políticos
“Espero que durante este tiempo ya no haya perseguidos ni presos políticos. Espero que con este nuevo tiempo que nos espera, con muchísima esperanza a todos los bolivianos, se restituya la independencia de poderes. Una persona que ha estado encerrada por cinco años se los dice, la justicia debe ser imparcial e independiente. Se tuvo que ir el monstruo para que los administradores de justicia puedan actuar conforme a la norma”.
Agradeció a sus hijos
“Quiero darle gracias a Dios por los hijos que me dio, que en ningún momento me dejaron sola. Mi hija Carolina tuvo que sufrir persecución, hostigamiento, también le abrieron procesos. Esa es la manera que a uno como madre la pueden quebrar, pero yo tenía el respaldo de Dios y eso me ayudó a llevar muchísimo esa cruz. Con la compañía de mi hijo en otra etapa, con su dulzura, con su paciencia. La verdad es que sin ellos no podría haber soportado todo esto. Quiero pedirle perdón a ellos porque yo me he sentido culpable durante este tiempo, porque ellos no merecían pasar este viacrucis por mi causa”.
Sintió el abandono institucional y político
“Gracias a todas las personas que me acompañaron en estos momentos tan difíciles, a este grupo de oración que de manera constante durante estos cuatro años estuvieron afuera del penal orando todos los martes, eso me reconfortaba el alma. Probablemente yo no tuve apoyo institucional porque no tengo respaldo político porque no pertenezco a ningún partido político, pero debo darle gracias a Dios que en lo humano, que es lo que más me vale, nunca me sentí sola. Gracias Bolivia, gracias a Dios.