Tras 893 días de espera, el barcelonismo volvió a vivir la magia del Spotify Camp Nou. Los aficionados pudieron presenciar un entrenamiento abierto de la primera plantilla, marcando el tan ansiado regreso al estadio, aún inmerso en su proceso de remodelación.
Desde primeras horas de la mañana, los alrededores del recinto se llenaron de familias, veteranos y jóvenes seguidores que compartían emoción, nostalgia y orgullo por volver a casa.
El regreso fue parcial, con un aforo limitado a 23.000 espectadores, correspondiente a la fase 1A de las obras, que incluye la tribuna y el Gol Sur. Aun así, el ambiente fue festivo y devoto: cánticos, bufandas al viento, la mascota CAT animando desde el césped y el aroma del pasto recién plantado dieron vida a un escenario que, pese a estar en obras, volvió a latir como en los grandes días.
La tercera gradería mostraba aún los signos visibles de la construcción, y el exterior recordaba que la transformación del estadio sigue en marcha.
En el campo, los jugadores también disfrutaron del momento. Hansi Flick fue el primero en salir al césped junto a Marcus Sorg, saludando a la grada entre aplausos. Más tarde, Lamine Yamal y Roony Bardghji cerraron la entrada de los futbolistas, llevándose la primera gran ovación de la jornada.
Tras una vuelta de honor, el equipo realizó ejercicios de calentamiento y rondos, provocando una nueva oleada de aplausos. Para muchos, no fue solo un entrenamiento: fue el reencuentro con su estadio, con su historia y con una emoción que llevaba casi tres años esperando volver a sentirse.
