
Desde hace días, las canastas de panadería en los mercados populares y tiendas de barrio en la ciudad Sede de Gobierno volvieron a amanecer sin la marraqueta crujiente. Ese ícono alimenticio que acompaña el desayuno y almuerzo de los paceños ha desaparecido del mercado.
En zonas como San Pedro, las caseras aseguran que “no hay harina subvencionada”, motivo por el cual muchos panificadores optaron por elaborar únicamente pan surtido o “sarnita” para evitar el desabastecimiento total. “No sabemos hasta cuándo va a durar esto”, lamentó una vendedora en la exfábrica Figliozzi, donde solo se ofrece pan variado a precios diferenciados.
El secretario ejecutivo de la Federación de Panificadores Artesanos de La Paz, Dandy Mallea que agrupa a unidades productivas independientes y trabajan sin harina subvencionada, dijo a Erbol que hace cinco meses planteó al Gobierno la necesidad de elevar el precio de la marraqueta a Bs 0,70 la unidad, debido al incremento de los insumos que compran para la elaboración.
Sin embargo, indicó que el Ejecutivo, a través de Emapa, prefirió mantener sus acuerdos con el secretario ejecutivo de la Confederación Nacional de Panificadores de Bolivia (Conapabol), Rubén Ríos, quien vendía a Emapa el quintal de harina a Bs 500 y, a la vez, gestionaba para que sus asociados accedan al producto subvencionado a Bs 109.
Mallea afirmó no tener información sobre la continuidad de ese esquema de provisión, aunque recordó que cada año, después de la Festividad de Todos Santos, el Estado detiene la entrega de harina por ingreso al periodo de balance en Emapa. A este escenario se suma la reciente intervención a la empresa y el anuncio de levantar la subvención de combustibles.
“Más o menos esa es la figura de por qué en este momento no hay marraqueta”, explicó el dirigente, quien advirtió que el sector vinculado a Ríos, al no recibir harina subvencionada ni insumos subsidiados, podría verse obligado a incrementar los precios, lo que calificó como “traumático para la economía popular”.
Mallea anunció que este lunes retomará el diálogo con autoridades del Gobierno para buscar una solución inmediata al abastecimiento de harina, tomando en cuenta que la población de La Paz y El Alto lleva cinco días sin acceder al tradicional pan de batalla.
La semana pasada, el Ministerio de Desarrollo Productivo posesionó a nuevos viceministros sin referirse al tema, mientras que su homólogo de Economía anunció una “batería de decretos” orientada a la liberación de la economía.
En el caso del pan de batalla, Emapa había incrementado este año la entrega de harina subvencionada más de 2,5 millones de bolsas a 2.000 panificadores afiliados a la Confederación, esto con el objetivo de mantener la marraqueta en 0,50 bolivianos por unidad de 60 gramos.
Además, Emapa proporciona insumos complementarios como 30.000 bolsas de azúcar, 33.894 cajas de 16 kilos de manteca y 25.927 cajas con 25 unidades de levadura de 500 gramos cada una, destinadas a garantizar la producción de pan por parte de aproximadamente 2.000 panificadores.
La estatal había proyectado destinar 1.200 millones de bolivianos a la provisión de harina subvencionada en La Paz, El Alto, Cochabamba, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Beni, en el marco de sus políticas de apoyo para estabilizar el precio del pan. Con el nuevo gobierno, no se conoce si continuará esta política de subvención.