
La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha votado este martes, casi por unanimidad, una propuesta legislativa para exigir al Departamento de Justicia que desclasifique todos los documentos que tenga sobre la investigación del Caso Epstein, todo lo que rodea al financiero pederasta que se suicidó en prisión en 2019 y sus víctima. Los Demócratas llevan meses empujando en esa dirección, pero la presión de Donald Trump en las filas Republicanas lo había impedido. Retrasos, bloqueos, maniobras. Este fin de semana, sin embargo, el presidente, consciente de lo dañino del caso para su imagen, cambió una vez más de estrategia, instando a sus filas a votar a favor. El resultado de hoy en la cámara baja ha levantado la primera barrera, pero todavía no todo el bloqueo. Trump, si quisiera, podría ordenar ahora mismo la entrega de todo el material.
Hasta ahora la tesis de Trump es que no había nada nuevo que saber sobre Epstein, un rico y famoso hombre de negocios que ya había sido condenado 15 años antes por delitos sexuales contra menores. Que en los documentos en poder del Ejecutivo no había nada incriminatorio, ninguna pista nueva, ninguna lista de clientes de Epstein o una lista de personas que hubieran sido chantajeadas. Y que el país debía de dejar de hablar del tema inmediatamente porque era una distracción.
"La revisión sistemática no reveló ninguna lista de clientes incriminatoria. Tampoco se encontraron pruebas creíbles de que Epstein chantajeara a personas prominentes como parte de sus acciones. No descubrimos evidencia que pudiera fundamentar una investigación contra terceros no acusados. Epstein perjudicó a más de mil víctimas. Cada una sufrió un trauma único y la información sensible relacionada con estas víctimas se encuentra entrelazada en todo el material. Esto incluye detalles específicos como los nombres y la imagen de las víctimas, y las descripciones físicas. Una de nuestras mayores prioridades es combatir la explotación infantil y hacer justicia a las víctimas. Perpetuar teorías infundadas sobre Epstein no contribuye a ninguno de esos fines", dijo en julio el Departamento de Justicia en un memorando que intentaba dar carpetazo a la historia.
El intento de la Casa Blanca salió mal. Decenas de voces prominentes del mundo MAGA y de las conspiraciones protestaron y avisaron de que no iban a renunciar. La presión sobre los congresistas republicanos, y sobre los mandos del FBI, hasta muy poco antes fervientes creyentes en la conspiración. se volvió asfixiante y estos elevaron su preocupación al líder supremo. A principios de septiembre, Trump movió ficha y le pasó al Congreso más de 33.000 páginas de documentos sobre el Caso Epstein. La medida, más que una acción de transparencia, fue un intento de aplacar la ira, pero no funcionó, porque no había casi nada nuevo. Los Demócratas en la cámara baja han movido todos los hilos posibles, consiguiendo por su parte documentos en poder de los administradores del legado patrimonial de Epstein, papeles que semana tras semana mencionaban a Trump y hacían daño al partido y al presidente.
Era material de septiembre era ya conocido. Y cuando en las últimas semanas se han ido publicando más informaciones sobre los vínculos de Trump con Epstein, o las negociaciones del Departamento de Justicia con la ex novia del pederasta (condenada a 20 años de prisión por proporcionarle menores y ahora trasladada a un centro de mínima seguridad) la sensación creciente es que el presidente estaba encubriendo algo gordo. Ya no eran sólo los demócratas, o las víctimas, sino cargos republicanos los que lo decían. Gente hasta ahora fiel y comprometida, como Marjorie Taylor Greene, de Georgia, una fan absoluta y leal que ahora, despechada se ha revuelto contra Trump, provocando los insultos del presidente ("traidora") y multitud de amenazas.
Por eso el giro de este martes, con todos los congresistas, salvo un republicano de Luisiana, votando a favor de la desclasificación. "Los republicanos de la Cámara de Representantes deberían votar a favor de la publicación de los archivos de Epstein, porque no tenemos nada que ocultar, y es hora de dejar atrás esta farsa Demócrata perpetrada por lunáticos de la izquierda radical para desviar la atención del gran éxito del Partido Republicano. El Departamento de Justicia ya ha entregado al público decenas de miles de páginas sobre Epstein, está investigando a varios agentes demócratas (Bill Clinton, Reid Hoffman, Larry Summers, etc.) y su relación con Epstein, y el Comité de Supervisión de la Cámara puede tener todo aquello a lo que tenga derecho legalmente, ¡ME DA IGUAL! Lo único que me importa es que los republicanos volvamos a centrarnos en lo importante: la economía (...) A nadie le importó Jeffrey Epstein cuando estaba vivo y, si los demócratas tuvieran algo que mostrar, lo habrían hecho público antes de nuestra aplastante victoria electoral", escribió el presidente el domingo por la noche en un larguísimo mensaje en su red social.
La votación de hoy ha sido sólo un primer paso. El Congreso le va a pasar la pelota a la cámara alta y los senadores (que tienen mandatos de seis años, no de dos, y sólo un tercio se presenta a las legislativas de 2026) tendrán que lidiar con el problema. Todo mientras el Departamento de Justicia se apresura a abrir una investigación a los Demócratas que tenían relación con Epstein, lo que le permitiría a la fiscal general Pam Bondi bloquear parte de la documentación, por ser un proceso en marcha.
El problema para Trump es que hoy, más que nunca, hay mucha gente a la que le importa el caso Epstein, especialmente entre los seguidores y activistas del universo Make America great Again que él lidera. Durante años, los MAGA han creído y alimentado la tesis de que Epstein fue asesinado. Por el Mossad, por otros servicios de inteligencia o gente poderosa que quería silenciarlo, una vez que había sido detenido. Que había una operación de encubrimiento sin precedentes dentro del Estado Profundo y que todo ocurría porque grandes figuras Demócratas estaban implicadas. Los MAGA están dispuestos a creer casi cualquier cosa que diga Trump, y a justificar lo imposible. Todo salvo que diga que no hay conspiración.
"Esto ha sido una de las cosas más destructivas para MAGA: ver cómo el hombre al que apoyamos desde el principio, durante tres elecciones, gente que hacía cola durante horas, dormía en sus coches para ir a mítines... Ver cómo esto se ha convertido en una lucha ha destrozado a Maga. Y lo único que convencerá a las mujeres poderosas y valientes que me apoyan es que se tomen medidas para publicar estos archivos. Y el pueblo estadounidense no tolerará más tonterías", ha asegurado este martes la congresista Taylor Greene desde las escaleras del Capitolio, en una comparecencia junto a su compañero Thomas Masie, odiado por Trump, y el Demócrata Ro Khanna, acompañando a muchas de las víctimas de la red de explotación de Epstein.
"Durante el segundo mandato de Trump, el Departamento de Justicia anunció el cierre de la investigación sobre los cómplices de Epstein y, posteriormente, trasladó a Ghislaine Maxwell a un centro penitenciario, donde, según consta, recibe un trato preferencial. Esto no se trata de unos pocos demócratas o republicanos corruptos. Se trata de una traición institucional", denunció una de ellas ante las cámaras de todas las cadenas nacionales, salvo la Fox, la más afín a Trump y que no está cubriendo este escándalo.
El más expuesto hoy ha sido el "speaker" de la Cámara de Representantes, Mike Johnson. Forzado a permitir una votación que lleva meses evitando, y a apoyarla mientras la critica profundamente. Mientras trataba en vano de cambiar el texto para suavizarla y contener daños. "Es increíblemente peligroso exigir que funcionarios o empleados del Departamento de Justicia desclasifiquen materiales que se originaron en otras agencias y agencias de inteligencia", aseguró. "La petición podría crear nuevas víctimas porque obliga al Departamento de Justicia a divulgar información incluso en casos donde el Departamento de Justicia o el FBI ya la han revisado y determinado que no es creíble, es información falsa. Hacer esto y exigir que se divulgue podría arruinar la reputación de personas completamente inocentes, como aquellas que tal vez solo conocían a Epstein, pero no sabían nada de sus crímenes", ha añadido. La propuesta que se ha votado, sin embargo, ya contempla que la Fiscal General, Pam Bondi, una de las aliadas más cercanas del presidente, puede retener o censurar partes relacionadas con material de abuso sexual infantil, algo con lo que las víctimas están de acuerdo.