Tribuna

Recuperar el valor de la Navidad

Recuperar el valor de la Navidad
Javier Gómez Graterol - Religioso y periodista | Religioso y periodista
| 2025-12-13 08:11:22

En la entrega pasada hablamos sobre el valor del Adviento, en esta otra, hablaremos del valor de la Navidad, continuando con ello la premisa de la entrega anterior que es conocer una noción básica de su significado: “...sabemos muchas cosas sobre la Navidad, pero nos olvidamos del significado. Y entonces, ¿cómo encontrar de nuevo el sentido de la Navidad? Y, sobre todo, ¿dónde buscarlo? El Evangelio del nacimiento de Jesús parece estar escrito precisamente para esto, para tomarnos de la mano y llevarnos allí donde Dios quiere” (Papa Francisco).

1. Navidad es la celebración del nacimiento de Jesucristo, el Salvador del mundo. Es un tiempo para recordar el amor de Dios manifestado en la venida de su Hijo a la tierra.

“Para encontrar de nuevo el sentido de la Navidad hay que mirar allí, al pesebre. Pero, ¿por qué el pesebre es tan importante? Porque es el signo —no casual— con el que Cristo entra en la escena del mundo. Es el manifiesto con el que se presenta, el modo con el que Dios nace en la historia para hacer renacer la historia. Por lo tanto, ¿qué es lo que nos quiere decir a través del pesebre? Nos quiere decir al menos tres cosas: la cercanía, la pobreza y lo concreto”.

2. La Navidad nos invita a la alegría y la esperanza. Celebramos la luz que trae Cristo al mundo y cómo su presencia transforma nuestras vidas.

“Navidad es la fiesta de la dignidad humana, la fiesta del admirable intercambio, por el cual el Creador del género humano, tornando un cuerpo vivo, se dignó nacer de la Virgen y con su venida nos donó su divinidad’ (Ant. 1 in 1 Vesp. in Circumc. Dom.)” (Pío XII).

3. Es un momento de “reflexión y caridad”, donde se nos anima a compartir con los demás y a ayudar a los más necesitados, recordando las enseñanzas de Jesús.

“El pesebre de la Navidad, primer mensaje de un Dios niño, nos dice que Él está con nosotros, nos ama, nos busca. Ánimo, no te dejes vencer por el miedo, por la resignación, por el desánimo. Dios nace en un pesebre para hacerte renacer precisamente allí, donde pensabas que habías tocado fondo. No hay mal, no hay pecado del que Jesús no quiera y no pueda salvarte. Navidad quiere decir que Dios es cercano. ¡Que renazca la confianza!” (Papa Francisco).

“Cierto, no es fácil dejar la tibia calidez de la mundanidad para abrazar la belleza agreste de la gruta de Belén, pero recordemos que no es verdaderamente Navidad sin los pobres. Sin ellos se festeja la Navidad, pero no la de Jesús. Hermanos, hermanas, en Navidad, Dios es pobre. ¡Que renazca la caridad!” (Papa Francisco).

4. La Navidad también representa un “nuevo comienzo”. Así como Jesús nació en un pesebre, nosotros estamos llamados a renacer en la fe y a vivir en amor y unidad con los demás.

“Navidad, la gran fiesta del Hijo de Dios, que ha aparecido en nuestra carne, la fiesta en que el cielo se abaja basta la tierra con una inefable gracia y benevolencia, es también el día en que la cristiandad y la humanidad, ante el Pesebre, contemplando «la benignidad y humanidad de Dios nuestro Salvador» adquieren conciencia íntima de la estrecha unión que Dios ha establecido entre ellas” (Pío XII).

5. Finalmente, es un tiempo de “reunión familiar”, donde se celebra el amor y la unión en nuestras familias, recordando que Cristo es el centro de la misma. “¡Su Navidad! Traten de celebrarla religiosamente. Parecería superflua y casi ofensiva semejante recomendación si no supiéramos que la fiesta cristiana por excelencia, la del nacimiento de Cristo, la de la Encarnación del Verbo de Dios, ha sufrido, en nuestro tiempo y en la sociedad que nos rodea, cada vez más profana e insensible al valor de las fiestas cristianas, muchas transformaciones, algunas puramente exteriores y comprensibles, otras más expresamente dirigidas a dar a la Navidad otro aspecto, distinto del religioso y sagrado de sus ritos, distinto del pesebre, de los pensamientos humildes y sublimes que infunde tan gran misterio. Ustedes procuren que su Navidad sea religiosa, que todos estéis presentes en espíritu y personalmente en las sagradas funciones; que os imprima en el alma pensamientos y propósitos dignos de cristianos que celebran el primer y conmovedor encuentro con Cristo, pequeño y pobre para ser nuestro hermano, nuestro ejemplar y nuestro Salvador” (Pablo VI). Deseándoles que la vivan intensamente, un abrazo a todos. Dios con nosotros.

Javier Gómez Graterol - Religioso y periodista | Religioso y periodista