
Luego de un 2024 de drástica caída por la mayor sequía en tres décadas, el 2025 ha sido de gran repunte para la producción de granos, con un incremento de 91 %, según el balance presentado por la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo). La institución espera que con la liberación de exportaciones, prometida por el gobierno de Rodrigo Paz Pereira, se de un mayor impulso a los cultivos.
En concreto la producción de granos alcanzó un volumen de 5.649.187 toneladas métricas (TM), lo que casi duplicó la cifra obtenida en el 2024 de 2,9 millones de TM. El movimiento económico del sector este año es de unos $us 3.000 millones, que contrastan con los $us 1.200 millones en 2024.
En el detalle por cultivos, la soya pasó de 2,02 millones de TM a 3.29 millones de TM, lo que representa un incremento de 63 %. El mayor impulso se tuvo en el sorgo con un aumento de 216 % y una producción que superó las 1,5 millones de TM. La oferta de maíz llegó en esta gestión a 543 mil toneladas (+73 %), mientras que el girasol creció un 85 % y culminó el año con 189 mil TM.
El trigo, que es uno de los productos claves para la seguridad alimentaria alcanzó este año una producción de 92 mil TM, con una subida de 142 %, en comparación al 2024. Cabe recordar que en el 2022 se llegó a un nivel histórico en los últimos años con una producción de estos granos que superó las 5,8 millones de TM.
“Esta gestión demuestra que el campo boliviano tiene un enorme potencial. Pero para aprovecharlo plenamente, el país necesita dejar atrás el ‘Estado tranca’ y avanzar hacia un mercado moderno, sin cupos, ni restricciones que distorsionan precios y frenan la competitividad”, puntualizó Abraham Nogales, presidente de Anapo, durante la presentación del balance este martes.
Aunque el desempeño ha sido positivo, desde Anapo consideran que el país puede avanzar más con un modelo de libre mercado, liberación plena de exportaciones, reglas claras y mecanismos transparentes que impulsen la inversión productiva.
“Los productores enfrentamos riesgos climáticos, financieros y de mercado. No podemos sumar a esas amenazas restricciones que detienen las inversiones y restan competitividad. Bolivia necesita precios alineados a las referencias internacionales y un sistema donde la oferta y la demanda definan las condiciones de comercialización”, añadió Nogales, al insistir en que la libre exportación debe ser la regla y no la excepción.
Nogales reafirmó también que la institución que preside y que aglutina a 14 mil productores está lista para trabajar con el gobierno nacional y todos los actores de la cadena para construir un país más competitivo, más productivo y con mejores oportunidades para todos.