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Tinta indeleble, en busca de la verdad y la justicia

Tinta indeleble, en busca de la verdad y la justicia
Agustín Echalar | Periodista columnista
| 2025-12-29 07:18:39

Hace un poco más de una semana se ha presentado el libro Tinta indeleble de Raúl Peñaranda, se trata de una selección de artículos que Raúl, uno de nuestros más serios periodistas de medios escritos, ha publicado a lo largo de tres décadas y media.

Es un excelente repaso al acontecer de esta pequeña parte del mundo, con sus conexiones al mundo de afuera, pero ante todo con un análisis y una genuina preocupación por los hechos y los temas importantes del cotidiano. 35 años observando la realidad y comentándola no es poca cosa.

El libro de Peñaranda no es necesariamente para leerlo de una sentada, aunque seguro que sería un buen texto de lectura para todo estudiante de periodismo y puede ser también un gran compañero en la mesa de noche para releer algún artículo en algún momento de desvelo, o entre lecturas más largas; el libro sirve para recordar cosas interesantes y también temas importantes, temas que vuelven a estar vigentes y otros que tras largos años aún no encuentran solución.

Uno de los temas tocados por Peñaranda en estos años es el referente a la injusta detención y posterior condena de William Kushner, el hombre que se vio envuelto en un hecho de tránsito, donde murió quien había sido su pareja hasta unos días antes. Mantenerlo en prisión preventiva durante tantos años, y luego condenarlo con la máxima pena que contempla nuestro sistema jurídico, es una de las mayores aberraciones jurídicas que se ha cometido en este milenio.

Esta semana Raúl ha retomado el tema y en su columna ha descrito exactamente el sinsentido de la sentencia que reconoce que no se encontró ninguna intencionalidad y sin embargo se lo condena a la pena máxima. Kushner ha sido condenado a 30 años de prisión por unos jueces cobardes que no han podido resistir la presión mediática de un grupo feminista muy estructurado y altisonante, que en realidad ha auspiciado esta sanción no a partir de la comisión de un crimen, sino verdaderamente por el hecho de ser hombre, blanco (para estándares bolivianos) y pudiente; es un flaco favor para la lucha por la protección y los derechos de las mujeres que son verdaderas víctimas de feminicidios.

Es de imaginarse que los jueces de cada instancia se despacharon esa condena tan inconsistente a modo de tirar la piedra caliente a la siguiente instancia, y esta instancia reaccionó de la misma manera, y el Tribunal Supremo de Justicia actuó simplemente condenando a 30 años de prisión a quien no ha cometido un crimen.

Pero en esta perversa ecuación, en este crimen de lesa humanidad que ha cometido el Poder Judicial, vale decir el Estado boliviano, hay otros culpables por palabra, y omisión: está por supuesto Mujeres Creando, con su poder mediático, y la madre y la tía de la joven que murió, que en base a mentiras ya en el primer momento fijaron en la opinión pública la idea de que se trataba de un feminicidio.

Pero están también los demás periodistas, que con contadas excepciones, como es el caso de Raúl Peñaranda, no solo no actuaron en consecuencia ante esta injusticia, sino que o investigaron poco, o dejaron que las cosas pasaran y eso se debió a una malentendida solidaridad con su colega, la madre de la joven que murió no asesinada por Kushner.

Si la prensa hubiera actuado en forma honesta buscando la verdad, y no hubiera callado porque simplemente estaba siendo solidaria con la dolida madre, aunque esta estuviera equivocada, es posible que las cosas se hubieran dado de manera diferente.

Por supuesto que la responsabilidad principal es de los jueces, del Estado, pero cuando algo así sucede, el ciudadano que tiene voz tiene la obligación moral de levantarla. Si el periodismo hubiera sido más contundente, tal vez también se hubiera podido activar la de los colegios de abogados y las carreras de derecho para crear la conciencia de que así no se puede manejar la justicia.

Es tarde, 10 años es un larguísimo período para una injusticia, pero no es demasiado tarde, y cada día que pasa es peor. Yo convoco a los periodistas a retomar con seriedad el tema, a Sandro Velarde, a Mónica Apaza, a Ximena Galarza, que hasta hace menos de un año seguían validando la versión de Helen Álvarez; convoco también a Amalia Pando, que acaba de recibir merecidamente el premio al periodismo, a las Asociaciones de Periodistas de Bolivia a inmiscuirse en este tema; aclaremos, el periodismo es parte del problema.

La Navidad la ha pasado William Kushner en la cárcel, pero espero que 2026 sea el año en que se haga justicia y recupere su libertad. Todas las personas de bien pueden poner su granito de arena, inclusive los y las feministas: esta condena pringa un movimiento tan importante y positivo.

Agustín Echalar | Periodista columnista