Sensacionalismo gana terreno entre usuarios cruceños

En las redes sociales digitales

| | 2017-08-14

La detención de un administrador de unas páginas de Facebook por el supuesto delito de extorsión, desveló la necesidad de debatir sobre el manejo, la verificación y la confiabilidad de la información en las redes sociales digitales, además de analizar los niveles de credibilidad en cuanto a los mensajes que se viralizan.

Desde el anonimato. Ramón Fernández, exdirector de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, lamenta que muchos usuarios toman al anónimo como una fuente creíble. “Es la población la que da éxito a esos portales anónimos, donde el sensacionalismo, con sus aspectos llamativos y sencillos, son del agrado del usuario”.

Al respecto, la investigadora, Cecilia Banegas, indica que este tipo de páginas que se hacen pasar por portales informativos, acuden precisamente al sensacionalismo para captar la atención de los internautas, aunque considera que el hecho de que tengan gran alcance, no necesariamente quiere decir que sean tomados como medios confiables.

“Puede que la gente vea más televisión, sin embargo, confían más en los periódicos, lo mismo pasa en la red. Es por ello que la confiabilidad es un tema pendiente en cuanto al periodismo que está en la web”, argumenta. 

Por su parte, Ramiro Duchén, investigador en Ciencias de la Comunicación y docente en la Universidad Cumbre, señala que las redes sociales son un reflejo de nuestra sociedad. “Está cargada de calumnias, rencillas, mentiras, con la posibilidad de dar muerte civil a muchas personas desde el anonimato”.

“El caso de Cachinoticias revela la existencia de una irresponsabilidad total en el manejo de la información en las redes sociales, pero no es una situación que se haya dado solo en la red, hay que tomar en cuenta que han habido antecedentes del mal uso de los medios de comunicación a partir de hechos irregulares similares al que ocurrió con el administrador de esa página”, manifestó.

Democratización. Duchén recuerda que en la década del '70 ya se hablaba de democratizar la comunicación, y asegura que, en el sentido, se avanzó cuantitativamente y no de manera cualitativa. “Se ha dado voz a los que antes no la tenían y eso se valora, pero cualitativamente es un peligro. ¿Por qué?, en la red la opinión de un especialista en materia puede tener igual o menor peso que el comentario de alguien que no tiene los conocimientos suficientes sobre el tema”.

Sobre el punto, es imposible no recordar a Umberto Eco y su discurso en la Universidad de Turin el 2015, donde apuntó contra las redes por haber generado “una invasión de idiotas”.

“Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel”, había declarado en ese entonces el autor de El nombre de la rosa. 
Por otro lado, Cecilia Banegas destaca que “el internet posibilitó que cualquier comunidad o grupo social pueda generar sus propias noticias, incluso ahora hay portales donde hablantes de otras lenguas nativas comparten sus noticias en sus propios dialectos”.

Verificación. Mabel Franco, integrante del equipo de La Pública, una plataforma digital que fusiona el periodismo, las nuevas tecnologías y el activismo, considera que es importante que el usuario verifique la información que recibe en las redes. “No estamos educados para sentirnos parte activa de ese universo que construye las redes sociales digitales. En algunos casos existe una mala intención; alguien difunde algo y por la repetición puede adquirir una categoría de verdad, he visto a mucha gente profesional, políticos y personalidades caer en noticias falsas o compartir información fuera de contexto”, apunta.

“A los estudiantes le decimos que no se puede dar credibilidad a cualquier contenido de las redes, ellos tienen que ser responsables con el uso de la información y aprender a verificar las fuentes”, señala Ramiro Duchén.

Por su parte, Ramón Fernández observa que las redes “dan licencia para que cualquier persona desarrolle una actividad en el ámbito de la información, sin embargo, es el usuario quien tiene que verificar de dónde se emiten los mensajes. 

Periodismo ciudadano. Respecto a este fenómeno comunicacional, Cecilia Banegas cree que es una alternativa interesante que permite poner en la red noticias sobre sectores específicos, los cuales muchas veces no tienen espacio en los medios tradicionales. 

Al respecto, Ramón Fernández indica que "ahora está de moda el periodismo ciudadano, pero eso no quiere decir que se lo esté haciendo correctamente". 

El docente cree que la información debe someterse a un criterio ético, lo cual, a su parecer, muy pocas veces sucede. 

Elección. Para Mabel Franco el usuario debe tener una actitud de alerta ante la información que circula en las redes y otros espacios. “El usuario debe estar alerta con la información no solo de las redes sociales, sino también la que emiten los medios tradicionales a quienes las personas le dan autoridad a lo que informan, cuando deberían tener un sentido más crítico”.

A su vez, Banegas recuerda que el internet nos ofrece la posibilidad de elegir determinadas páginas que obedezcan a nuestros intereses. "El usuario puede escoger las páginas que quiere seguir y tiene que ser consciente a la hora de amplificar los contenidos".

En ese sentido, Ramiro Duchén hace la analogía con el caso de la televisión. “Nos quejamos de la Tv basura, que tal canal es malo... en fin, pero acaso el usuario no tiene el mando para decidir qué ve y qué no, lo mismo en las redes, tienen la plena libertad de elegir qué página seguir”.

Comprender las nuevas herramientas. Mabel Franco indica que los “medios tradicionales no han entendido aún la lógica que radica en las plataformas digitales. Falta comprensión para que sea gente profesional la que maneje la información”.

Coincide con ella, Cecilia Banegas, quien sostiene que “el periodismo digital no se trata de crear un página wed, donde se vacíen los contenidos de los medios, sino se trata de explorar las herramientas que ofrece el internet”.

Mientras que Ramiro Duchén, concluye que el tema de la información en las redes sociales merecen un estudio más detallado. “Este fenómeno ha irrumpido en las sociedad, tanto que se llegó a hablar de regular las redes sociales y siempre que se habla de eso, ronda el fantasma de la censura", puntualiza. 

Libro rememora los inicios del ciberperiodismo en Bolivia

Bajo la coordinación de Ramón Salaverría, el 2015 se publicó el libro "Ciberperiodismo en Iberoamérica", en el que se detallan los inicios de esta disciplina.

Salaverría en una parte del libro señala que "La consideración de los medios digitales en Iberoamérica ha pasado por varias etapas en estos veinte años: primero fueron ignorados, después menospreciados, luego culpados, más tarde temidos y, por fin, comienzan a ser reconocidos como protagonistas del periodismo en el presente y, más aún, en el futuro. El actor secundario ha hecho suyo el papel principal".

Para abordar la realidad boliviana, el coordinador consultó a la investigadora Cecilia Banegas Flores, quien aportó datos significativos sobre el ciberperiodismo  y escribió: "Una característica del periodismo digital en Bolivia es que su formación se ha logrado de manera autodidacta. Es decir, que quienes ejercen como periodistas digitales en muchos casos han sido antes blogueros o periodistas ciudadanos que se han formado en la práctica", (Salaverría, 2005, p.31)

Punto de vista

'Tenemos un sistema que prohíbe y no educa'

La problemática en las redes sociales digitales radica en el uso que las personas le den, como siempre, desde la época de los materiales impresos hasta el presente, todo depende de cómo se manejen la información, las redes de difusión masiva siempre responden, y han respondido, al interés específico de un grupo de personas.

Estas redes sociales no solo democratizaron el acceso y la difusión de la información, sino que ha dado la oportunidad de dar voz a quienes nunca la tuvieron, minorías étnicas y religiosas pudieron mostrarse gracias a estos medios, el hecho que estos grupos sociales, marginados históricamente, se dieran a conocer, es ya un hecho positivo.

¿Dónde está lo negativo?, es complicado establecerlo, aunque podemos decir que prohibir el acceso a estas plataformas es lo más perjudicial en cuanto al desarrollo social, porque no da la posibilidad de explorar los beneficios de la red.

Por ejemplo, en muchos colegios prohíben el uso de teléfonos celulares, y por lo tanto el acceso a estos espacios digitales, eso no es positivo, porque nos demuestra que tenemos un sistema que prohíbe y no educa. 

El sistema educativo va muy retrasado en relación al desarrollo tecnológico. La escuela hoy no prepara a sus profesores y estudiantes con una visión crítica sobre el empleo de la tecnología y el manejo responsable de la información, simplemente se mantiene al margen.

Por ejemplo; muchos profesores que encuentran a los alumnos con teléfonos lo primero que hacen es prohibirlos, cuando más bien se debería llevar Facebook al aula, WhatsApp también y todas esas herramientas que pueden contribuir a acompañar el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Ese tipo de educación puede generar ciudadanos con pensamientos más críticos, capaces de entender que no se deben “sacralizar los medios”, no solo los que están en las redes sociales, sino también, los llamados medios tradicionales.

 

'Estamos acostumbrados a leer menos, a reaccionar ante titulares, comentar o compartir sin haber entrado a ver el contenido de la nota'.

Cecilia Banegas
Investigadora, comunicadora

'El usuario es cómodo,  le gusta los aspectos sencillos, prácticamente el sensacionalismo,  y termina consumiendo este tipo de contenidos'.

Ramón Fernández
Docente Universitario