Preocupante, las exportaciones siguen ancladas por el efecto precio

En un contexto de reprimarización de la economía y efectos externos

| | 2018-11-26

La economía de Bolivia, en la coyuntura actual de la alta volatilidad de los precios internacionales del petróleo, se muestra más vulnerable que hace cuatro años atrás, periodo culminante de la bonanza económica. En ese contexto, si bien a septiembre de este año, las exportaciones bolivianas tuvieron un leve crecimiento del 13% en valor, con respecto al mismo periodo del 2017, como muestran los indicadores del INE (Instituto Nacional de Estadísticas); el mismo fue por el efecto precio, dado que en volumen solo se tuvo un repunte insignificante de 0,5%. 

Según Wilfredo Rojo, presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), esos indicadores precisan con exactitud que nuestra economía depende de los factores externos, debido a una preocupante reprimarización de la economía, con una ausencia sistemática de una mayor productividad y diversificación de la misma. 

"No es que hubiese habido mejor desempeño de la economía y menos un despunte en las exportaciones. Sencillamente, este año igual que la anterior, no se ha tenido una mayor productividad; al contrario, hemos descendido, por ejemplo, por el costo de la mano de obra que tiene un gran efecto sobre los precios de los productos nacionales; tampoco hemos tenido nuevos convenios comerciales con otros países. Entonces ha sido más de lo mismo que el año anterior", asegura el representante del sector.
 
Una brecha desfavorable. Según el análisis del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), al tercer trimestre del 2018, las exportaciones bolivianas bordearon los 7.000 millones de dólares, registrando un crecimiento del 13% comparado con similar período del 2017. En tanto las importaciones totalizaron 7.066 millones de dólares, un 3% más de lo alcanzado al tercer trimestre de la pasada gestión.

En términos de balanza comercial, la situación sigue siendo negativa, dado que el comercio exterior de bienes de Bolivia mantiene un déficit comercial que hasta septiembre del 2018 alcanza los 148 millones de dólares, si bien muy lejos de los $us 713 millones adversos del 2017, el comportamiento sigue siendo negativo. 

"Cuando hablamos de déficit de la balanza comercial, nos referimos a que estamos comprando más de lo que vendemos. El problema es que hay un desfase de 148 millones de dólares", argumenta Gary Rodríguez, gerente general del IBCE. 

Además, el experto refiere que el problema es que desde el 2015 hasta la fecha la balanza comercial, consecutivamente durante los últimos tres años, ha sido negativa. 

El efecto de ese comportamiento del desempeño no solo de las exportaciones sino del equilibrado y sostenible de la balanza comercial, tuvo incidencia directa en la economía nacional, hoy cada vez en desaceleración.   

Además, según datos del INE y corroborado por el IBCE, el déficit acumulado de la balanza comercial entre el 2015 y 2018, llega al menos a $us 3.500 millones. Según Rodríguez, eso explica por qué ha caído de manera estrepitosa las Reservas Internacionales Netas (RIN) que al cerrar el 2014, según datos del Banco Central de Bolivia (BCB) habían alcanzado su pico más alto, al situarse en $us 15.123 millones. Al presente mes de noviembre las RIN se encuentran en $us 8.500 millones. La caída registrada en los últimos cuatro años alcanza a $us 6.623 millones. 

"De esa cifra de casi siete mil millones de caída de las reservas, 3.500 millones tienen que ver con la balanza comercial deficitaria. El resto de la disminución de reservas se refieren a pago de deudas, pago de indemnizaciones por las nacionalizaciones, hay una balanza comercial deficitaria por pago de servicios, entre otros", explica Rodríguez.

Comportamiento de las ventas.En términos de exportaciones solamente, la leve recuperación del 13% experimentado a septiembre de este año con relación al 2017, está muy lejos del registro 2014. Ese año, las exportaciones bolivianas alcanzaron un récord histórico de $us 10.043 millones; en tanto las importaciones se ubicaron en $us 7.746 millones. Por tanto, la balanza comercial alcanzó un superávit significativo de $us 2.297 millones.

Pero referente al valor de las exportaciones, el comportamiento ha sido casi lineal en los últimos cuatro años después del fin de la época de la bonanza. El 2014 se ha exportado alrededor de 21,7 millones de toneladas; a septiembre de esta gestión se han exportado alrededor de 18,8 millones de toneladas.

Según el IBCE, las ventas externas de productos extractivos (hidrocarburos y minería), qué  crecieron 14% en valor, sin embargo el volumen exportado registró un leve descenso del 1%; las exportaciones de los productos no tradicionales aumentaron un 12% en valor y 10% en volumen.

Sin embargo, hidrocarburos y minería,  significan en valor el 61,3% de las exportaciones totales del país. 

El gas, pese a la declinación productiva de los campos gasíferos del país, ocupa el 34% de todas las exportaciones nacionales, cuyo valor a septiembre de este año alcanzó un ingreso de $us 2.334,1. Con relación al 2017, la venta de gas a los mercados de Argentina y Brasil, como efecto de la recuperación e incremento de los precios internacionales del petróleo que hasta septiembre alcanzó a $us 70 el barril, ha permitido una recuperación del 23% con respecto al mismo periodo del año anterior. Pero en volumen hay una disminución cada vez mayor.

Germán Molina, economista, refiere que definitivamente hasta hoy Bolivia depende de la exportación del gas a dos países y de los minerales, donde los precios son fijados por el mercado internacional y además no se cuentan con nuevos yacimientos y mercados para una mayor producción.  

"Es decir, predomina una visión de desarrollo basado en los recursos naturales no renovables. En términos generales la actual generación se beneficia a un costo elevado porque se disminuye el patrimonio nacional para las futuras generaciones del país", precisa.

Un modelo en caída. La fundación Milenio, en un reciente análisis de las perspectivas de la economía del país, asegura que ya se registra un agotamiento del modelo social de crecimiento. 

"A pesar de las condiciones externas más favorables en 2017 y 2018 y debido, sobre todo, a la recuperación de los precios de las exportaciones mineras e hidrocarburíferas, las perspectivas de la economía nacional siguen marcadas por la incertidumbre", precisa. 

Asimismo, menciona que el modelo económico vigente ha demostrado ser extremadamente sensible y vulnerable a la caída de los precios de exportación (especialmente los precios de hidrocarburos). "De hecho, redujo los ingresos externos y fiscales, generándose déficits externos y fiscales después de varios años de superávits. Si bien la actual recuperación de precios de exportación contribuye a reducir estos desequilibrios gemelos, una potencial caída de precios futuros probablemente pondría a la economía en serios aprietos y eventualmente en situación crítica", afirma.

Para el sector exportador se desaprovechó el momento

Contexto. A lo largo de los ultimos 12 años de gobierno de Evo Morales, periodo entre el 2005 a 2014 en el que Bolivia experimenta cifras históricas de ingresos económicos y crecimiento con una bonanza inusual como efecto de los buenos precios de las materias primas. Según el sector exportador del país, ha sido un momento desaprovechado, dado que pudo haberse diversificado la economía enfatizando la apuesta al esfuerzo privado, con un rol protagónico en diversos rubros no necesariamente extractivos.

Política. Para la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb),  entre los años 2000 y 2005, las exportaciones no tradicionales eran superiores a las exportaciones mineras e hidrocarburíferas. 

"La conclusión es de que no ha habido un adecuado acompañamiento institucional al sector privado para que este tenga un mejor desempeño, tanto en inversión, diversificación, productividad y generación de empleos", argumenta Wilfredo Rojo, presidente de la Caneb.

Clamor. Ante la ralentización permanente de la economía, el pedido del sector privado exportador es cambiar las políticas desde el Estado, dándole seguridad jurídica, mejores regímenes tributarios con incentivos al contribuyente, una libre contratación, incentivar hacia la apertura de mayores mercados.

Perspectivas

Análisis.  En su reciente proyección al tema comercio exterior, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha señalado en octubre que el valor de las exportaciones regionales de bienes crecerá 9,7% en 2018 en la región, con lo que se acumularán dos años de recuperación tras el marcado descenso registrado entre 2012 y 2016. 

Bolivia. En dicha proyección de recuperación del comercio exterior, la Cepal coloca a Bolivia como el país con el mayor crecimiento en exportaciones, al prever las ventas externas este año se cerrarán con el 16,6% de incremento con relación al 2017. En tanto toda la región sudamericana tendrá un crecimiento de 10,2% en exportación de bienes.

Inquietud. La Cepal en su análisis refiere que la región en su conjunto es una exportadora neta de minerales y metales, con un 8% de participación en las exportaciones mundiales de este sector. Sin embargo, sus envíos se caracterizan por un bajo grado de elaboración. La participación de las materias primas en las exportaciones de minerales y metales de la región (actualmente 37%) casi se duplicó en los últimos 20 años debido, en gran medida, a la demanda de China y el resto de Asia.

Brecha tecnológica. La región ha aumentado rápidamente su consumo de productos importados mediante plataformas electrónicas extranjeras, pero no aumenta en igual medida la exportación de productos por este medio. La participación de América Latina y el Caribe en el comercio electrónico transfronterizo mundial aumentaría de 2,6% en 2014 a un 5,3% en 2020, según el informe.

Punto de vista

'Tenemos una economía vulnerable al factor precio'

Germán Molina
Economista

"Las perspectivas económicas del 2018 y los siguientes años son de un contexto externo diferente al período de bonanza económica 2003-2013 para los países dependientes de la exportación de recursos naturales no renovables entre los cuales está Bolivia. El panorama económico de mediano y largo plazo muestra signos de elevada vulnerabilidad en cuanto a la sostenibilidad del crecimiento, generación de divisas, ingresos fiscales, empleo y expectativas inflacionarias. 

También debe tomarse en cuenta que se prevé una disminución en los términos de intercambio, que incide en el resultado de la balanza de pagos y en la acumulación de las reservas internacionales como está sucediendo en la actualidad en Bolivia. 

Una mayor intervención del Estado en la economía generará en el mediano y largo plazo un mayor incremento de la deuda externa, porque la eficiencia en la asignación de los recursos mediante mecanismos de mercado, son sustituidos por decisiones colectivas no eficientes.  

Por tanto, nuestro país tiene una economía pequeña, abierta y altamente vulnerable al comportamiento del sector externo porque es tomador de precios y concentrado en un producto que es el gas destinado a dos mercados, el de Brasil y la Argentina".