Warnes, imprudencia alimenta el SIDA

| | 2012-03-18

Con apenas 20 años, María del Pilar Suárez cuida afanosamente a su marido. Sostiene con fuerza la mano de Yovani Céspedes Salvatierra (28), quien lleva dos días de internación en el Hospital Municipal de Warnes, Nuestra Señora del Rosario. Es la viva imagen de una mujer que espera que dedicación y cuidados ayuden en la recuperación de su pareja. Su rostro irradia tanta vida que se hace difícil imaginar que ella misma es otra paciente aquejada por el mismo mal que hasta ahora los médicos no encuentran reversa. Ambos son parte de los 12 casos de VIH-Sida registrados en Warnes tan solo el año pasado. La tarde muere fría cuando María comienza contando que es madre de dos niños y que la bebé de tres meses recostada en la cama contigua, que duerme, también está en observación.

Las estadísticas les jugaron en contra.
De 7.213 casos de VIH-Sida registrados desde 1984 a nivel nacional, 729 son de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra; es decir,  un 55% del país. Y siendo Warnes la población con mayor índice a nivel departamental, después de Guarayos, las posibilidades de contagio eran mayores. La pareja reconoce que no tenía la información que necesitaba. Ambos  dicen que esperan que su historia al menos sirva para que otras personas puedan tomar conciencia del peligro. "Nosotros pensamos que no podría pasarnos algo como esto, pero pasó", agrega Yovani, quien hasta hace poco trabajaba de recepcionista en un hotel.

"Ante todo debemos mantener las esperanzas.
Tenemos que cuidarnos y ser fuertes para poder hacernos cargo de nuestros hijos", sostiene la madre con una voz quieta, porque sabe que no puede acelerarse. Su suegro es quien está a cargo de sus otros dos hijos. Los niños son todavía muy pequeños, pero por suerte están a salvo. El mayor tiene dos años y el menor apenas uno. Tuvieron sus hijos uno detrás de otro.

La bebé es la que preocupa a Sandro Zabala, el médico que se ocupa de su caso. Existen posibilidades de que no haya contraído el virus, porque nació mediante cesárea, pero depende de los análisis que se realizan para determinar si existe o no el contagio. Los estudios son gratuitos y se realizan en cualquier centro habilitado. Tras una serie de ensayos con reactivos, el resultado final se envía a los laboratorios del Cenetrop. El centro médico de Warnes cuenta con psicólogos y psiquiatras para acompañar el golpe emocional de las personas. Con una buena alimentación y cuidado un enfermo puede vivir por encima de los 30 años.

Cada año, carnaval es uno de los períodos con mayor índice de pacientes. Durante el pasado mes Zabala atendió a tres nuevos pacientes. Todos eran jóvenes. "Parece que los jóvenes se hubieran olvidado de que la enfermedad sigue afuera. Tienen relaciones con personas que ni conocen y no se preocupan por usar el condón", opina. A nivel departamental, los datos también acompañan su percepción. De acuerdo a datos del Sedes, del total de casos registrados en Santa Cruz, el 60% corresponde a personas en un rango de edad entre los 15 y los 34 años.

En criterio de Óscar La Fuente, director del Centro Médico de la Comunidad Encuentro, especializado en el tratamiento de la enfermedad, lo que hace falta es una campaña integral que involucre a más de una institución de salud. "Siempre trabajamos en prevención cuando ingresamos en la zona de riesgo. Pero es en la niñez cuando se debe comenzar la tarea de concienciar a las personas", precisó.


Lecciones de amor y vida

Yovani y María se conocen desde hace más de diez años. Ella vivía en la misma cuadra, pero al otro lado de su casa, próxima a la avenida 2 de Agosto, en el barrio Joriri. Gracias a la intervención de amigos mutuos pudieron conocerse. En sus primeros años de matrimonio hubo peleas. Ella recuerda que era egoísta y él reconoce que abandonaba a su familia por consumir bebidas alcohólicas con los amigos. Todo eso quedó archivado hace un año atrás. Yovani fue sometido a un estudio de rutina en el hospital, por un decaimiento que los médicos no encontraban explicación. La noticia les cambió la vida. "Yo creo que cuando una persona se casa con la otra es para afrontar las cosas buenas y malas de la vida", dice María cuando se le pregunta si no se arrepiente de la suerte que le tocó. Todavía es un misterio el modo en que el joven recepcionista de un céntrico residencial pudo enfermarse. Todo parece remontarse a una intervención quirúrgica que recibió cuando se fracturó una pierna y tuvieron que incrustarle una plaqueta y hacerle transfusiones de sangre.