
Las señales que la presidenta electa de México
envió a los mercados en estos días no fueron suficientes para calmar los
nervios. En los cinco días desde que se anunciaron los resultados de las
elecciones presidenciales, en la que resultó ganadora Claudia Sheinbaum, el
valor de la moneda mexicana se desplomó un 7,9%. Cerca del mediodía del
viernes, el dólar se vendió a 18,30 pesos, con lo que consolida su peor semana
desde el 2020 cuando azotó la pandemia. La razón del nerviosismo: la facilidad
con la que el partido oficialista podrá pasar una veintena de controvertidas
reformas en septiembre.
El domingo, los mexicanos votaron por darle a
Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, una mayoría
calificada en la Cámara de Diputados y una mayoría relativa en el Senado. Esto
facilita que pasen las 20 iniciativas de ley propuestas por AMLO en febrero
durante el mes de septiembre, una ventana de tiempo en la que López Obrador
continuará en el poder antes de que Sheinbaum ocupe el puesto en octubre.
Las reformas son amplias, con propuestas en
incrementos a las pensiones a adultos mayores y a los salarios de algunos
trabajadores públicos, pero en el foco de los mercados están las más
controvertidas, como una reforma profunda al sistema judicial en el que los
jueces y magistrados sean elegidos a través del voto popular. Además, los
órganos autónomos que regulan los distintos sectores económicos, como la
Comisión Regulatoria de Energía, entre otros, desaparecerían bajo el plan de
Morena.
En la óptica de los inversionistas y el sector
privado, esto representa una pérdida a los contrapesos que garantizan sus
inversiones en el país. Por otro lado, existe el riesgo de que Morena, ante
esta nueva concentración del poder, decida seguir endeudando al Gobierno en los
niveles que lo hizo López Obrador durante su último año de Gobierno. El déficit
fiscal se proyecta para cerrar el año en 5,9% del Producto Interno Bruto (PIB)
– casi el doble de lo visto en los años anteriores –.
Sheinbaum reaccionó a la caída en los mercados
rápidamente. Primero, el lunes, anunció que el actual secretario de Hacienda,
Rogelio Ramírez de la O, seguiría en el puesto bajo su Gobierno, asegurando la
continuidad. Al día siguiente, el funcionario convocó a una llamada con
inversionistas y analistas de fondos y bancos en la que les aseguró que bajaría
el déficit fiscal y que se respetaría la autonomía del banco central. Esto
detuvo momentáneamente la caída del peso y hasta recuperó parte del terreno
perdido. El miércoles, Sheinbaum informó que había hablado por teléfono con
titulares del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario International (FMI) y la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y publicó una
fotografía de una reunión con ejecutivos de BlackRock, la gestora de fondos de
inversión más grande del mundo. “Están comprometidos y entusiasmados con
incrementar los proyectos de inversión en México”, aseguró la presidenta
electa.
Pero ese mismo día, la “aplanadora” morenista
también habló e inyectó de nuevo la incertidumbre que los mercados temían.
Ignacio Mier, el líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados,
informó a la prensa que, en septiembre, su prioridad será pasar cuatro
reformas: al Poder Judicial, la militar, la desaparición del órgano electoral
para crear uno nuevo y la desaparición de los órganos autónomos. Esto tumbó de
nuevo los activos mexicanos.
Finalmente, el viernes, el presidente López
Obrador confirmó en su conferencia matutina que buscará pasar las reformas
porque “la Justicia está por encima de los mercados”. Bajo su presidencia, y
hasta esta semana, el peso mexicano se había apreciado 12,5%, con lo que la
mayoría de las ganancias obtenidas desde diciembre de 2018 se perdieron esta
semana.