La Fundación Tierra señaló que la superficie arrasada por los incendios en Bolivia es de 10.125.400 hasta el 30 de septiembre de 2024, un aumento de más de 4 millones de hectáreas en comparación con el récord histórico de 2019. Este dato marca al 2024 como el año con mayores pérdidas por incendios forestales en la historia del país, según las cifras oficiales de la organización.
Gonzalo Colque, director de la Fundación Tierra, destacó la gravedad de la situación: “La diferencia con la cifra de 2019 es de 4,8 millones de hectáreas, lo que representa un aumento del 90% respecto al récord máximo registrado anteriormente. Este 2024 quedará en la memoria de los bolivianos como el año del peor desastre ambiental que hemos enfrentado”.
El departamento de Santa Cruz es el más afectado por los incendios, con un total de 6.906.700 hectáreas quemadas hasta finales de septiembre. Los municipios de San Matías, San Ignacio de Velasco y Concepción son los que han reportado los mayores daños. Le sigue en impacto el departamento del Beni, con más de 2.905.000 hectáreas devastadas.
“Estos datos son alarmantes”, indicó Colque, quien aseguró que la magnitud de los incendios amenaza con destruir irreversiblemente vastas áreas de bosques y ecosistemas.
El experto de la Fundación Tierra, Efraín Tinta, detalló que, a nivel nacional, el 58% del área quemada corresponde a bosques, mientras que el 42% restante son tierras de vegetación no boscosa, tales como pasturas, sabanas, llanuras de vegetación baja y zonas inundadizas.
Tinta explicó que los datos presentados por la Fundación Tierra provienen de imágenes satelitales obtenidas a través de la Agencia Espacial Europea y la NASA, plataformas de acceso libre que permiten monitorear en tiempo real las áreas afectadas por los incendios. Los resultados están disponibles para el público y permiten realizar análisis comparativos detallados.
Los datos de la fundación difieren de los reportes oficiales del gobierno. El ministro de Medio Ambiente y Agua, Alan Lisperguer, afirmó el fin de semana que, hasta el momento, se han quemado 6,9 millones de hectáreas. Lisperguer criticó los datos de la Fundación Tierra, asegurando que son “información no oficial que confunde a la población”.
“Desconocemos los métodos utilizados por la Fundación Tierra para calcular estas cifras. Nosotros en el Gobierno contamos con un sistema oficial de monitoreo, el Sistema Integral de Monitoreo de Bosques (SIMB), que nos da los datos precisos. Por tanto, sus cifras son irresponsables y carecen de validez”, dijo Lisperguer el sábado.
El Ministerio de Medio Ambiente, por su parte, ha declarado que, de las 6,9 millones de hectáreas afectadas, 4,6 millones corresponden a áreas boscosas y 2,3 millones a pastizales.
En Santa Cruz se han quemado 7,2 millones de hectáreas, según el último reporte de la gobernación emitido el 26 de septiembre. El dato se actualiza cada 15 días.
Tinta indicó que este récord de hectáreas quemadas no solo representa una catástrofe ambiental sin precedentes para Bolivia, sino que también tiene implicaciones a nivel global. La pérdida de bosques y vegetación tiene un impacto negativo en la captura de carbono, contribuyendo al calentamiento global. A esto se suma el daño irreversible a la biodiversidad, pues numerosos ecosistemas únicos están siendo arrasados.
Además, las comunidades indígenas y campesinas que habitan en las zonas afectadas también se ven profundamente perjudicadas, enfrentándose a la pérdida de tierras de cultivo y fuentes de agua.