“Cualquier tipo de operación que ponga en riesgo la vida y la integridad del talento humano dependiente de la Policía boliviana se deben manejar de manera milimétrica, sin causar daño a nada ni a nadie dentro de nuestro país”, con esas palabras el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, respondió sobre la ejecución de la orden de aprehensión contra Evo Morales.
Sin embargo, el Ministro de Gobierno no fue claro en sus respuestas cuando se le preguntó si la Policía ya contaba con la orden de aprehensión emitida por la Fiscalía de Tarija contra el expresidente, investigado por el delito de trata de personas con agravante.
Del Castillo se limitó a señalar que la institución del verde olivo está realizando su trabajo y que permanece comprometida con todos los bolivianos.
“Nunca hemos dejado de realizar nuestro trabajo y vamos a seguir haciéndolo de manera prolija y eficiente, como lo hemos venido haciendo durante estos más de 1,505 días”, declaró.
Hasta el viernes, la Policía del departamento de Cochabamba informó que aún no había sido notificada con el mandamiento de aprehensión contra Morales.
Días después de la imputación y la emisión de la orden de aprehensión contra el expresidente, sectores afines a la exautoridad anunciaron que no permitirán su captura, llegando incluso a amenazar con que podría “correr sangre”.
En ese contexto, algunos grupos simpatizantes al “evismo” intentaron iniciar en octubre un bloqueo indefinido en la carretera que conecta Cochabamba con el resto del país, aunque este esfuerzo no tuvo éxito.