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Donald Trump ha desatado una campaña de descrédito contra Volodímir Zelenski, a quien considera ilegítimo para dirigir a su país. En dos ocasiones lo calificó el miércoles de “dictador sin elecciones” y de haber hecho un “trabajo horrible” como presidente de Ucrania. No solo eso: también demostró que la invasión rusa es culpa del país invadido . El Gobierno de Zelenski, y numerosas voces de la sociedad ucraniana, muestran su desconcierto por los visos de ruptura con la potencia que ha sido su principal aliada durante la guerra, pero sobre todo se sienten traicionados.
Cada movimiento de Trump desde que asumió el
poder hace un mes ha ido dirigido a humillar a Zelenski ya Ucrania. Las
declaraciones de los dos últimos días han sido insultantes para el jefe de Estado
ucraniano: lo ha tildado de “cómico de éxito modesto”, de tener un apoyo
popular pírrico en las encuestas, del 4%, —nadie sabe de dónde saca Trump esta
cifra— o de quedarse dormido la semana pasada antes de una reunión con su
secretario del Tesoro, Scott Besset. Todo esto ha ido acompañado de decisiones
que han supuesto una afrenta al liderazgo de Zelenski ya la capacidad de su
país de salir airoso de la agresión rusa.
La batalla política interna ya ha comenzado en
Ucrania , coincidiendo con el huracán Trump, pero ni la mayoría de la
población, según las encuestas, ni ningún partido quiere ahora elecciones
porque para celebrarlas sería necesario retirar la ley marcial, por las enormes
dificultades para organizarlas en plena guerra y porque la oposición no ha
tenido tiempo para rearmarse. “Elecciones a punta de pistola para elegir a un
presidente marioneta de Rusia que firme la cesión de los territorios de Ucrania
a Rusia… No, gracias, preferimos seguir luchando a nuestra manera”, dijo en sus
redes sociales Lesia Vasilenko, diputada de Holos, fuerza opositora a Zelenski.
El presidente de Ucrania convocó el 19 de
febrero a un grupo reducido de medios para responder por primera vez al líder
estadounidense: “Desafortunadamente, con todos mis respetos, el presidente
Trump vive en una burbuja de desinformación ”, dijo. Zelenski, un hombre de
carácter fuerte, llevaba mordiéndose la lengua desde el otoño de 2024: desde la
campaña para las elecciones presidenciales estadounidenses.
Una de las burlas repetidas en los mítines por
el entonces candidato republicano era que Zelenski era “el mejor comercial de
la historia” porque, según su relato, cada vez que visitaba Washington
regresaba a su país con cientos de millas de millones de dólares. Trump
prometió que esto iba a terminar con él si llegaba a la Casa Blanca. Zelenski y
Trump se reunieron durante la campaña, en septiembre. El político
estadounidense afirmó que mantenía una “muy buena relación” con Putin , a lo
que el ucraniano replicó: “Espero que conmigo sea mejor”. Trump respondió con
una sonrisa.
La reunión de las delegaciones de la Casa
Blanca y del Kremlin el pasado martes en Riad (Arabia Saudí) supuso un antes y
un después en la paciencia de Zelenski. El mandatario ucranio dijo que no había
sido informado de la cita. No solo eso: Trump confirmó que probablemente se
reunirá con Putin este mes. La oficina del presidente ucraniano ha estado
trabajando para que Zelenski pudiera reunirse con Trump antes que con Putin. El
jefe de Estado ucraniano reaccionó cancelando el viaje oficial que tenía
previsto a Arabia Saudí un día después de la cita entre las delegaciones rusa y
estadounidense.
La agresividad de la Casa Blanca ha ido a más,
con el vicepresidente JD Vance y el multimillonario Elon Musk, estrecho
colaborador de Trump, repitiendo las consignas del presidente. “Si en la
primera legislatura de Trump este estaba rodeado de gente que lo aplacaba, en
la segunda legislatura está rodeado de gente que amplifica sus ideas”, dijo el
pasado miércoles el escritor estadounidense Thomas Friedman en unas jornadas
sobre la situación en Ucrania organizadas por el medio NV .
“Sabíamos que alguien que promete terminar la
guerra en 24 horas o en tres meses [lo dijo Trump en campaña] solo podía
hacerlo rindiendo al país. Éramos conscientes de que no habría decisiones a
nuestro favor”, explica Tarás Yatsenko, director del medio Tvoe Misto y
participante, como ponente, en la última Conferencia de Seguridad de Múnich.
“Lo que ha sucedido es una puñalada por la
espalda, no hay otra manera de describirlo”, dice Genadi Kostov, militar
retirado y representante de un grupo de análisis de seguridad de Kiev. “Para la
sociedad ucrania es un golpe, no por lo que dice Trump, que ya sabíamos de su
proximidad con Putin, sino porque a Trump lo ha elegido una mayoría de
americanos. Es difícil saber si EE UU será nuestro aliado en el futuro, por eso
debemos contar con Europa”, añade.
“Hay sensación de traición y mucho malestar
porque desde la política ucrania se nos dijo que Trump es un tipo duro y que
sería duro con Putin, pero con quien ha sido duro es con Ucrania y con Europa”,
apunta Yatsenko. Zelenski y su equipo han intentado, y todavía lo intentan, ser
conciliadores con el mandatario estadounidense, como se ha demostrado al
recibir las autoridades del país este jueves, con cordialidad y sin protestas,
a su enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg .
Otro ejemplo lo informó el miércoles un asesor
del presidente, Mijaílo Podoliak, que se preguntaba de forma retórica en sus
redes sociales: “¿Por qué los representantes de EE UU, de forma voluntaria y
tan increíblemente rápida, ceden el liderazgo global y la dirección de las
negociaciones a Rusia?”. Podoliak señalaba tres opciones, y la primera era que
pueda tratarse “de una trampa [de Trump] para acabar convirtiendo a Rusia en un
tipo de Estado vasallo y controlar sus recursos energéticos y exportaciones”.
Contener las emociones
Otras voces al margen de la cúpula del poder
político también piden cautela a Zelenski. “Todos sentimos emociones negativas
hacia Trump, pero en estos momentos es importante contenerlas”, escribió el
exministro de Economía ucraniano Timofei Milovanov en sus redes sociales. “Por
muy injusto que sea, es importante que la situación no caiga en lo personal. No
puedes ganar a Trump con sus métodos”, indicó Milovanov. “Si él no aparece como
el rey de los acuerdos, simplemente se enfadará, ya él le da igual si se enfada
con nosotros o con Rusia”.
“Confío en que el presidente [Zelenski] tiene suficiente inteligencia, voluntad y contención. Porque las emociones no tienen derecho a existir en una situación que suponga ni siquiera un mínimo de pérdidas para nuestro Estado”, remarcó el miércoles en Espreso Volodímir Omelian , exministro de Infraestructuras. Omelian, que es diplomático de carrera y capitán del ejército ucraniano, también calificaba lo sucedido de “catastrófico”: “Es una situación catastrófica desde la dimensión de la política exterior. Esta retórica no es la propia de aliados estratégicos. No veo salida a lo sucedido. Es muy importante para que Trump no quede en evidencia. Quiere decir que no reconocerá a Zelenski como presidente, y esto tendrá consecuencias muy graves para Ucrania”.