Santa Cruz se fundó rebelde, creció indómita y jamás agachó la cabeza. Cuatrocientos sesenta y cuatro años después de su fundación y dos siglos después de la proclamación de su independencia, la bandera cruceña ondea alta en Vallegrande, Comarapa, Samaipata y Ascensión de Guarayos, como un recordatorio de que en esta tierra no se retrocede, la libertad no es un recuerdo: es la esencia.
La Cooperativa Rural de Electrificación, CRE, desplegó banderas cruceñas gigantes durante los festejos por el Bicentenario de la Libertad el pasado 14 de febrero y el 26 de febrero sumó el civismo en las capitales de las provincias Vallegrande, Manuel María Caballero, Florida y Guarayos, tierras que también forjaron con coraje la historia del departamento.
Esta donación de CRE tiene el propósito de preservar la identidad del cruceño, fortalecer el sentido de pertenencia, reivindicar la cultura camba y recordar que esta tierra no se detiene, porque está en constante búsqueda de libertad. Así lo hicieron saber los consejeros y ejecutivos de la Distribuidora eléctrica que se dieron cita en las diferentes ciudades para presenciar cómo la verde, blanco y verde se alzaba al cielo.
El emblema de Santa Cruz, tiene nueve metros de largo por seis metros de ancho y está colocada en poste de luz de 18 metros, que fueron adecuados como mástiles. Cada uno cuenta con un mecanismo electromecánico de izamiento. CRE entregó la insignia departamental a las subgobernaciones y comités cívicos de cada provincia, para que se encarguen de que flameen imponentes y además vigilen su buen estado, ya que la Distribuidora eléctrica se hará cargo de su mantenimiento.
Tal como en El Cristo y El Chiriguano, en Santa Cruz de la Sierra, la enseña sagrada ya flamea en Concepción, San Ramón, San Ignacio de Velasco y próximamente lo hará en Puerto Suárez. Estará en todas las capitales de las provincias del departamento.
Desde los llanos hasta la selva, desde los valles hasta el Pantanal, Santa Cruz sigue rugiendo como huracán alzándose como un río de pie. Hoy y siempre, con el orgullo de quienes jamás renunciaron a su autonomía, fuerza e historia.
