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El primer ministro británico, Keir Starmer, ha comparecido tras la cumbre informal de líderes europeos para apoyar a Ucrania, celebrada esta tarde en el palacete de Lancaster House, en Londres, y que ha durado algo más de dos horas. El "premier" ha advertido de que es hora de "actuar, no de hablar" y ha anunciado que Reino Unido invertirá 2.000 millones de dólares para 5.000 misiles de defensa aérea para Ucrania.
Justo antes de la rueda de prensa, Starmer publicó en X: "Debemos afrontar juntos este momento. Para garantizar el mejor resultado para Ucrania. Para proteger la seguridad europea. Y para asegurar nuestro futuro colectivo".
A esta cita han estado invitados líderes de Ucrania, España, Francia, Alemania, Italia, Dinamarca, Países Bajos, Noruega, Turquía, Finlandia, Suecia, República Checa, Polonia y Rumanía. También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, así como el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Al recibir a los líderes, entre los que también estaba el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y un representante de Turquía, Starmer dijo que "este es un momento único" para la seguridad de Europa y ha considerado vital alcanzar un buen resultado para Ucrania. Varios de los asistentes han destacado un mensaje de unidad junto con Ucrania.
Plan de paz
Reino Unido, Francia y Ucrania están trabajando en un plan de paz que presentarán a Estados Unidos, según declaró el primer ministro británico, Keir Starmer, a la BBC, justo antes de la cumbre. En el proyecto, que aún no se ha concluido, podrían participar uno o dos países europeos más, que el "premier" no ha identificado.
El plan es la reacción europea a la desastrosa comparecencia de los presidentes ucraniano y estadounidense, Volodimir Zelenski y Donald Trump, el viernes, que ha motivado la cumbre urgente que se celebra este domingo en Londres y en la que el proyecto de paz podría experimentar el espaldarazo definitivo. El encuentro es una especie de "coalición de voluntarios", por emplear el término propagandístico lanzado por el Gobierno de George W. Bush para referirse a sus aliados en la invasión de Irak en 2003. La expresión también ha sido empleada por Starmer en esta ocasión.
Los detalles del plan, que todavía están en discusión, no han sido desvelados. Pero su mera existencia tiene un enorme significado geopolítico. Frente a las negociaciones (si es que cabe aceptar ese término, dado que estas son una lista de demandas de Vladimir Putin que Donald Trump está aceptando sin rechistar) entre EEUU y Rusia, la UE ha admitido a Ucrania, uno de los contendientes, en su acuerdo. Eso permite que, al menos, los puntos de vista de la parte más débil que es, además, la agresiva, sean tomados en consideración.
Una vez que el plan esté finalizado, llegará la prueba de fuego, cuando sea presentado a Estados Unidos. El hecho de que Starmer tuviera una reunión a principios de esta semana en la que, si bien no logró compromisos de EEUU con Ucrania, sí al menos alcanzó acuerdos comerciales, indica que el primer ministro británico tiene cierta conexión con Trump. Starmer también ha sido elogiado por el secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth.
Un país clave para vender el plan es Italia. La primera ministra de ese país, Giorgia Meloni, tiene una buena relación con Trump, no sólo desde el punto de vista político sino también personal. Meloni se ha reunido este domingo con Starmer, justo antes de que comenzara la cumbre. La primera ministra italiana, que gobierna con la ayuda de los populistas de derecha "trumpistas", ha defendido una cumbre de la Unión Europea y Estados Unidos sobre Ucrania, para desatascar la situación. Meloni podría ser una buena vendedora de un eventual plan europeo a Trump.
Con todo, todavía son muchas dudas, incertidumbres que rodean a la cumbre y a la iniciativa. En primer lugar, los líderes europeos que consideran imprescindible que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, recomponga su relación con Trump, totalmente destruida. El problema es que Trump no es una personalidad que olvide fácilmente los agravios, reales o imaginarios, y entre las virtudes de Zelenski tampoco parece estar la de la humildad.
El presidente francés, Emmanuel Macron, también ha insistido en el tono conciliador al declarar que "el destino manifiesto de Estados Unidos está con Ucrania". La expresión "destino manifiesto" tiene una simbología enorme en Estados Unidos, porque es la teoría que justificó su expansión hacia el Oeste y la conquista de lo que es su territorio.
Queda, por último, la cuestión del tiempo. Rusia y Estados Unidos siguen negociando, por lo que Starmer, Macron y Zelenski deberán darse mucha prisa para llevar algo a Washington, que pueda ser aceptable para una Casa Blanca totalmente volcada en los brazos del Kremlin. No es descartable que exija concesiones comerciales, a cambio de una luz verde, una versión original o modificada, del plan europeo.
Entre tanto, Reino Unido ha anunciado un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania, por valor de 2.260 millones de libras esterlinas, unos 2.750 millones de euros. El próximo jueves, la UE puede decidir una inversión de cientos de miles millones de millones de euros en su propia Defensa y en la cooperación militar con Ucrania es lo que sería el primer paso hacia la construcción de la Defensa europea.