
El Tribunal de Justicia de Santa Cruz dictó una sentencia de 30 años de prisión para Iver Soruco Vera, el joven de 19 años que fue encontrado culpable del infanticidio de su hijastra de tan solo dos años. El crimen, ocurrido en la zona de Valle Sánchez del municipio de Warnes, conmocionó a la población debido a la brutalidad con la que el agresor actuó contra la menor.
De acuerdo con las investigaciones realizadas por el Ministerio Público y la Policía, Soruco Vera golpeó hasta la muerte a la niña porque ensuciaba su ropa. La autopsia realizada por el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) reveló que la menor sufrió edema cerebral, traumatismo encéfalo craneano y politraumatismo, además de mordeduras en distintas partes del cuerpo, lo que confirmó que tuvo una muerte violenta.
El lamentable suceso se registró el pasado fin de semana, cuando el agresor, tras notar que la niña no reaccionaba, intentó reanimarla sin éxito. Desesperado, la trasladó a un centro médico, donde los galenos confirmaron su fallecimiento. Al evidenciar signos de maltrato en el cuerpo de la menor, los médicos dieron parte a las autoridades.
Las pruebas recopiladas durante la investigación, incluyendo testimonios y pericias forenses, fueron determinantes para que la justicia dictara la máxima pena establecida por la legislación boliviana para este tipo de crímenes.
Durante el juicio, la Fiscalía expuso los elementos probatorios que señalaban a Soruco Vera como el único responsable del asesinato de la menor.
“Con esta sentencia, se busca hacer justicia por la víctima y enviar un mensaje claro de que no se tolerará la violencia contra los niños”, manifestó el fiscal departamental de Santa Cruz, Alberto Zeballos.
El sentenciado cumplirá su condena en el penal de Palmasola, donde deberá purgar los 30 años sin derecho a indulto.