Un insólito robo sacudió la ciudad de Trignac, una pequeña localidad en el departamento de Loire-Atlantique, al noroeste de Francia. En una acción completamente desconcertante, 517 aves naturalizadas, que formaban parte de la colección del Museo de Aves de Trignac, fueron robadas en su totalidad.
Este acto, además de dejar a la comunidad local en estado de shock, ha desatado una serie de preguntas sobre la motivación detrás del crimen y la meticulosidad con la que se llevó a cabo. El robo ocurrió en la noche del 19 de febrero de 2025, provocando una profunda sorpresa y desconcierto entre los habitantes de la región.
Un robo con precisión profesional
Lo que más sorprendió a las autoridades locales y al propio alcalde de la ciudad, Claude Aufort, fue el sorprendente nivel de organización del robo. Según los informes, no se detectaron daños evidentes en el lugar. “No había ni una sola vitrina rota, ni un solo cartón o nidito caído. Es un trabajo profesional y eso hace que sea aún más increíble”, delcáró el alcalde a Ouest-France. De hecho, los ladrones lograron sustraer la colección sin dejar rastro de su presencia. No hubo signos de entrada violenta, lo que hace pensar que los delincuentes sabían exactamente lo que buscaban.
El robo, que se llevó a cabo durante la noche, dejó solo estanterías vacías y vitrinas despojadas de los valiosos ejemplares que habían sido meticulosamente preparados a lo largo de más de medio siglo. Esta colección no solo representaba una gran muestra de la biodiversidad de la región, sino que también guardaba un profundo valor sentimental para los habitantes de Trignac, que habían crecido con ella.
La historia de la colección de aves
La historia de estas 517 aves naturalizadas se remonta a las décadas de trabajo de Jo Patron, un sacerdote de la región apasionado por la taxidermia. A lo largo de los años, Patron, también conocido como “Jo”, recolectó aves de la región del estuario de la Loire, abarcando desde especies comunes como el merlo hasta aves más raras, como el butor estrellado. Esta colección fue su legado, un testimonio de su amor por la naturaleza y su dedicación a la conservación de las especies locales.
Tras su fallecimiento en 2021, Jo Patron había legado su valiosa colección a la ciudad de Trignac. Estos especímenes, en su mayoría aves del borde costero y de los humedales circundantes, estaban en proceso de ser restaurados y catalogados para su exhibición pública y educativa.
Aunque muchos de los especímenes se encontraban en un estado de conservación imperfecto, debido al paso del tiempo y la exposición a parásitos, la colección seguía siendo de gran importancia cultural y educativa para la comunidad.
Los naturalistas y expertos del Muséum d’Histoire Naturelle de Nantes estaban trabajando en su restauración, y se planeaba su apertura al público como una muestra de la tradición local y la biodiversidad regional.
El valor cultural y educativo de la colección
Aunque la colección no tenía un valor económico directo, su relevancia radicaba en su valor histórico y patrimonial. Estos ejemplares no solo eran una muestra del trabajo de conservación artesanal realizado por Jo Patron, sino que también representaban una visión única de la fauna local.
Muchos de los especímenes habían sido preparados utilizando técnicas tradicionales de taxidermia, como el relleno con paja, que en su momento eran comunes, pero que en la actualidad se consideran obsoletas en favor de métodos más avanzados como el uso de resinas y latex.
Además de su valor histórico, la colección tenía una importante función educativa. A través de las aves naturalizadas, la comunidad y los visitantes del museo podrían aprender sobre la biodiversidad de la región, la protección de especies y la conservación del medio ambiente.
Los naturalistas y expertos que trabajaban con la colección de aves, aunque conscientes de su mal estado de conservación, aún reconocían la importancia de preservarlas como un ejemplo de la tradición local de taxidermia, especialmente la desarrollada en la región de la Brière.
La investigación y búsqueda de respuestas
Tras la denuncia del robo, las autoridades locales comenzaron una exhaustiva investigación, que hasta el momento no ha dado resultados. Los gendarmes han revisado cámaras de seguridad cercanas y examinado posibles rutas de escape, pero no se ha logrado identificar a los responsables del crimen.
El hecho de que no se haya detectado ninguna huella de entrada forzada, ni ningún otro signo de violencia, hace pensar que los ladrones no solo eran expertos en taxidermia, sino que probablemente tenían conocimiento sobre el valor sentimental de la colección.
Además, la meticulosidad con la que se llevó a cabo el robo hace pensar que los ladrones estaban muy bien informados sobre los detalles de la colección. La policía ha rastreado diversas plataformas en línea en busca de ventas de taxidermia ilegal, pero hasta el momento no se han encontrado pistas concluyentes. La municipalidad de Trignac ha pedido la colaboración de la ciudadanía a través de sus redes sociales, buscando cualquier tipo de información que pueda ayudar a dar con el paradero de las aves robadas. Sin embargo, como reconoció el alcalde Claude Aufort en la cadena televisiva francesa BFMTV, “estamos bastante seguros de que, en la actualidad, esos pájaros están muy lejos de Trignac”.
Posibles motivaciones del robo
A pesar de que la colección no tiene un alto valor de mercado, varios expertos sugieren que el robo podría estar relacionado con un mercado ilícito de taxidermia o con un coleccionista que, por razones desconocidas, quisiera hacerse con una colección única de aves. Como explicó el taxidermista Bruno Guichard en la cadena televisiva francesa BFMTV, “si el ladrón tiene alguna motivación económica, probablemente no podrá vender cada uno de estos ejemplares por más de un euro”. A pesar de la falta de valor comercial, la fascinación por el arte de la taxidermia y la posible demanda de piezas únicas podrían haber motivado el robo.
El robo, que ha dejado una huella en la comunidad de Trignac, sigue siendo un misterio. Mientras tanto, la ciudad sigue buscando respuestas, con la esperanza de que algún día las aves desaparecidas sean devueltas, no solo como piezas de un museo, sino como un legado que pertenece a todos los habitantes de la región.
