
La situación es crítica para los productores de leche en Yapacaní, quienes enfrentan severas pérdidas como resultado del desborde de ríos tras las intensas lluvias de las últimas semanas. Jesús Sejas, dirigente del sindicato 1 de Mayo, afirmó que están perdiendo más de 1.500 litros de leche diarios, ya que el acceso a sus comunidades ha sido cortado por la crecida del río Víbora.
“La arena que trajo el río es de por lo menos dos metros de altura y ha tapado los potreros”, lamentó.
Las comunidades más afectadas, como el sindicato 8 de Septiembre, también reportan graves dificultades. “Estamos dos semanas así. Ni los niños están yendo al colegio y por aquí no pasa ni una moto”, relató Víctor Castillo, un comunario de la zona.
Ante el aislamiento, muchos productores se han visto obligados a transformar la leche en queso para evitar mayores pérdidas.
Además de la producción lechera, la crisis se extiende a otras actividades, como la apicultura, donde las cajas de abejas han quedado sumergidas y los cultivos de cítricos y maíz que han sufrido daños significativos.
El municipio de Yapacaní ha declarado estado de desastre y espera asistencia urgente de los gobiernos departamental y nacional para mitigar el impacto de esta situación. Sin embargo, la crisis no se limita a Yapacaní; estancias en el norte de Guarayos han reportado más de 2.000 reses ahogadas o desaparecidas debido a las inundaciones. Ernesto Mercado Bazán, presidente de la Asociación de Ganaderos de Guarayos (Aguagua), indicó que este número sigue en aumento a medida que las aguas continúan subiendo.
“Las pérdidas son cuantiosas y la situación es desesperante”, dijo Mercado.
“Las 15 estancias más afectadas están ubicadas en el área conocida como "Humedales del Norte", y la profundidad del agua crece cada día”, agregó.
Además, detalló que muchos trabajadores que intentan salvar a los animales están enfrentando problemas de salud debido a la exposición prolongada al agua.