
El Manchester City dio un paso firme en su lucha por asegurar un puesto en la próxima Champions League tras vencer al Everton (0-2) en Goodison Park. El equipo de Pep Guardiola, que venía de golear al Crystal Palace, sumó su segundo triunfo consecutivo en un partido trabajado, sin brillo, pero con efectividad.
El duelo comenzó espeso, sin ritmo ni ocasiones claras. El City dominaba la posesión sin profundidad, mientras que el Everton apostaba por un juego más directo y peligroso a balón parado. La primera gran intervención fue de Pickford, que evitó el gol de Nunes con una buena mano a los 15 minutos. Poco después, Tarkowski estuvo a punto de sorprender con un cabezazo que se estrelló en el palo.
Antes del descanso, De Bruyne rozó el gol con un zurdazo que O"Brien despejó bajo palos cuando Pickford ya estaba vencido. Sin embargo, el primer tiempo fue para el olvido: pocas ideas, mucha tensión y escaso espectáculo.
La segunda parte fue otra historia. El Everton salió más ambicioso, buscando sorprender al City en transiciones rápidas. Ortega se convirtió en el salvador visitante, especialmente con una parada clave a bocajarro ante Tarkowski, poco antes de que el central tuviera que retirarse lesionado. También respondió bien ante un disparo peligroso de Doucouré.
El City despertó en el tramo final. Savinho empezó a explotar su velocidad en contras, y Doku, con su desborde habitual, revolucionó el ataque. Pickford sostuvo al Everton lo que pudo, pero a los 84 minutos llegó el premio para los de Guardiola: Nunes irrumpió por la derecha y metió un centro tenso que O"Reilly —desde el lateral al corazón del área— remató para romper el cero.
En el añadido, un pase atrás de Gündogan encontró a Kovacic, que selló el 0-2 definitivo. Victoria clave para el City, que gana confianza antes del choque crucial ante el Aston Villa y respira en zona Champions.