
El funeral del papa Francisco, que se celebra este sábado a las 10 de la mañana, ofrecerá una imagen insólita que no se veía en Roma desde hace un siglo, porque los últimos pontífices han sido enterrados en el Vaticano, no fuera: el paso del féretro de un papa que se despide de su ciudad ―también es obispo de Roma― y la atraviesa por última vez antes de llegar a la tumba, pasando por los Foros Imperiales y el Coliseo. El cortejo fúnebre terminará en la basílica de Santa María la Mayor, donde será sepultado, en torno a las 14.00 de la tarde, si se cumplen las previsiones.
A las 19.00 de la tarde de este viernes se ha
cerrado ya la capilla ardiente, después de que 250.000 personas hayan pasado
por la basílica de San Pedro a darle un último saludo. El sábado se esperan
200.000 personas o más en torno a la plaza para asistir al funeral y una
muchedumbre a lo largo del recorrido del féretro por la ciudad, donde se espera
en torno a un millón de visitantes. Una abrumadora respuesta de afecto al Papa,
de fieles y no creyentes.
La despedida de la ciudad será muy diferente,
por tanto, del funeral del último pontífice enterrado fuera del Vaticano, León
XIII, en 1924, trasladado de noche, en solitario y sin séquito. Y
definitivamente muy distinto del traslado de los restos de Pío IX, que se
llevaron discretamente, también de noche, en una carroza tirada por cuatro
caballos negros a la basílica de San Lorenzo Extramuros a los tres años de su
muerte, para cumplir su deseo. Pero que fue asaltada por grupos anticlericales
y el ataúd casi acaba arrojado al río.
Además del calor popular, en esta ocasión no
faltará la seguridad, con enorme despliegue policial de 4.000 agentes, más
otros 4.000 voluntarios, y con la ciudad paralizada, ya dominada desde el viernes
por el ruido de los helicópteros, cada vez que iba llegando alguna de las
delegaciones de 146 países que asisten al funeral y el paso prioritario de las
caravanas de coches oficiales colapsaba aún más el caótico tráfico romano. A
las 13.00, todas las personas presentes en Roma y alrededores saltaron
asustadas por un fuerte pitido de su móvil, una alerta de Protección Civil,
como las enviadas en caso de alarma, con un mensaje en varios idiomas para
avisar de que los accesos a San Pedro se cerrarían a las 17.00.
Será un funeral monumental, al estilo de los
grandes momentos que concita el Vaticano, aunque el maestro de celebraciones
pontificias, Diego Ravelli, ha dicho que han querido hacer, por voluntad del
Papa, “el funeral de un pastor, no de un soberano”. El funeral costará, según
la prensa italiana, 1,5 millones de euros, que se considera austero al lado de
los 5 millones que requirió el de Juan Pablo II en 2005, con dos millones de
personas. La tumba del Papa, en cambio, ha sido pagada por un anónimo benefactor,
según refleja su testamento.
Acuden a la ceremonia, entre otros, los Reyes
de España y monarcas de otros 10 países. También el presidente estadounidense,
Donald Trump; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el
presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el mandatario francés, Emmanuel
Macron, y el argentino, Javier Milei. Estarán presentes autoridades de 146
países y territorios, incluidos Palestina y Kosovo, 110 de ellos con jefes de
Estado y primeros ministros. Hay 2.700 periodistas acreditados.
El funeral en la explanada de la plaza de San
Pedro ofrecerá una imagen de la gente tan variada con la que se ha tratado el
papa Francisco. Estarán los poderosos del mundo, una decena de casas reales y
cerca de 50 jefes de Estado, pero también, a pocos metros, pobres, migrantes y
necesitados que han frecuentado al Pontífice.
En las últimas horas han sido intensos los
rumores y avances de posibles encuentros bilaterales improvisados entre Trump y
algunos líderes, principalmente Zelenski y Von der Leyen. “Es posible”, dijo
antes de subir al avión este viernes el presidente estadounidense sobre una
hipotética cita con su homólogo ucranio, aunque solo confirmó una con la
primera ministra italiana, Giorgia Meloni. No obstante, a última hora del día
era Zelenski el que de pronto anunciaba que su presencia ya no era segura,
debido a razones militares, según informó France Presse. Macron ya ha
descartado cualquier encuentro. La Comisión Europea tampoco ha confirmado nada.
Este viernes, hasta que se cerró la basílica a
las 19.00 para el rito de cierre del ataúd y ultimar los preparativos del
funeral, miles de personas siguieron pasando hasta el último momento por la
capilla ardiente, en largas colas de varias horas. Muchas al final no pudieron
entrar.
A las 20.00 se ha cerrado el féretro en otro
rito rigurosamente establecido en las normas vaticanas. El maestro de
ceremonias ha extendido un velo de seda blanca sobre el rostro del Papa y ha
depositado dentro del ataúd dos cosas: una bolsa con las monedas y las medallas
acuñadas en su pontificado y un tubo metálico sellado que contiene el rogito,
un escrito en latín donde se resume la vida y las obras del difunto, que el
Vaticano suele divulgar en las horas siguientes.
Se prevé que el funeral termine hacia
mediodía. Luego, el coche fúnebre con el difunto saldrá del Vaticano y seguirá
en realidad el camino de la antigua Via Papalis, que en la Edad Media recorrían
los pontífices para ir a caballo desde el Vaticano, tras su consagración, hasta
la basílica de San Juan de Letrán, donde tomaban posesión de la sede. Pasa por
todo el centro de la ciudad y el corazón de las ruinas del imperio romano. En
este caso, el itinerario seguirá luego por Via Merulana hasta la basílica de
Santa María la Mayor, una distancia de seis kilómetros.
En el templo le esperarán ya solo sus familiares, el círculo íntimo que lo ha acompañado estos años y unas 40 personas corrientes, gente sin recursos, inmigrantes, a los que ha ayudado estos años. Le darán el último saludo con una rosa blanca en la mano. Francisco será sepultado en una nave lateral, “en la tierra desnuda”, como había pedido, bajo una lápida de mármol de Liguria, la región italiana, con capital en Génova, de la que provenían sus abuelos. Encima está escrito Franciscus. La tumba se podrá visitar ya a partir del domingo.