
Era cuestión de tiempo. La gran temporada del Liverpool en la Premier facilitaba una amplia ventaja con respecto al segundo (Arsenal). Esa diferencia le ha bastado para proclamarse campeón con cuatro jornadas para terminar la competición y ante un Tottenham que fue la piñata de la fiesta.
La hegemonía del Manchester City ha llegado a su fin tras cuatro títulos consecutivos, donde el campeón no se decidía hasta las dos jornadas definitivas. Sólo en la temporada 2020/21 se recuerda la última gran diferencia entre las dos altas posiciones de la Premier. En este caso, el Liverpool no ha tenido rival. El empate del Arsenal ante el Crystal Palace en el partido intersemanal adelantó lo inevitable. Y ahora, iguala al Manchester United como el equipo con más campeonatos ligueros en Inglaterra (20) de la historia. Esta vez, sin oposición. El conjunto de Arne Slot únicamente no ha puntuado en dos ocasiones y, contra el peor Tottenham de los últimos años, el resultado no iba a ser diferente.
Con esta derrota, Postecoglou iguala el mayor registro de derrotas de los ‘spurs’ desde que se creó la Premier League en la temporada 1992/93. Una campaña para el olvido que sólo la Europa League puede salvar. El conjunto inglés está en semifinales de la segunda competición europea y tiene opciones de pasar de fase ante la gran sorpresa de la competición (Bodo/Glimt). Con la liga tirada, es lo único que les queda. No sólo para salvar un año desastroso con la posibilidad de clasificar un año más a Europa, sino también para limpiar un poco la imagen del entrenador greco-australiano, quien tiene muy complicado continuar al frente del equipo. Un Tottenham con problemas a nivel interno y externo. Algo que se vio durante el encuentro y que reflejó el resultado final a pesar del gol inicial.
Festín de campeón
Solanke generaba dudas entre el aficionado de los "reds" ante la posibilidad de no puntuar, pero Díaz se encargó de borrar esa idea. Pase de Szoboszlai al segundo palo que marca el extremo colombiano a placer. El VAR encogió los corazones de algunas personas allí presentes pero devolvió la alegría poco después. 1-1 en el marcador y el Liverpool comenzó la fiesta.
Mac Allister y Gakpo pusieron los siguientes regalos. El centrocampista argentino mandó un latigazo a la red desde la frontal tras pase de Salah y el extremo neerlandés puso el tercero en el marcador. El árbitro señalaba el pitido final de la primera parte pero la afición ya celebraba el título.
Los jugadores lo sabían, por eso quisieron aumentar la renta. La felicidad en las caras de los jugadores eran más que notable y eso se reflejaba en su juego. Las ocasiones llegaban y el Tottenham no daba señales de reacción. Tanto que Salah encontraría su gol. Jugada típica. De las de toda la vida de un zurdo. Recortó de fuera hacia dentro y puso su remate al palo corto donde no llegó Vicario.
No era un gol más. Salah vuelve a su cita y supera a Agüero como el jugador extranjero con más goles en la historia de la Premier League. Un nuevo récord para enmarcar una temporada espectacular del delantero egipcio. Pudo aumentar su renta pero Udogie le negó el gol, marcándose en propia puerta tras un pase filtrado de Alexander-Arnold. Aún así, esto no arruinaría la fiesta. Los globos volaban por todo el estadio y se posaban en el terreno de juego y ambos entrenadores dieron por bueno el resultado.