El Club Aurora anunció oficialmente la salida de Daniel Farrar, convirtiéndolo en el sexto director técnico en dejar su cargo en lo que va de la temporada 2025 del fútbol boliviano. El estratega paraguayo llegó a un acuerdo con la dirigencia para rescindir su contrato tras una campaña irregular al frente del equipo cochabambino.
Con esta baja, el torneo nacional confirma su tendencia de inestabilidad en los banquillos, acumulando ya media docena de entrenadores cesados en apenas dos meses de competencia.
El primero en dejar su cargo fue Antonio Carlos Zago, quien abandonó The Strongest el 8 de abril para asumir la dirección técnica del Botafogo de Paraíba, en la tercera división de Brasil. En su lugar asumió interinamente Juan Carlos Paz García, aunque tras dos partidos fue reemplazado por el argentino Carlos Bustos, designado por el delegado federativo Sergio Asbún.
El 14 de abril, Luciano Theiler dejó Wilstermann tras una seguidilla de malos resultados. Su puesto fue asumido por Cristian Chávez. Un día después, Rodrigo Venegas fue apartado de Oriente Petrolero y reemplazado por Gualberto Mojica.
Dalcio Giovagnoli, técnico de Gualberto Villarroel San José, fue destituido el 23 de abril por los bajos rendimientos tanto en la liga como en la Copa Sudamericana. El club orureño nombró como su sucesor a Óscar Villegas.
Ahora, con la salida ya confirmada de Farrar, Aurora baraja varias opciones para su reemplazo. Entre los candidatos se mencionan los nombres de Aquilino Villalba y Christian Vargas, exfutbolistas con pasado en el club valluno.
A estos movimientos se suman los cambios que se dieron antes del inicio del campeonato: Julio Quinteros dejó ABB antes de debutar y fue reemplazado por Pablo Godoy. En Always Ready, Eduardo Villegas fue reemplazado por Julio César Baldivieso, mientras que, en Oriente Petrolero, Joaquín Monasterio fue destituido del cargo antes del arranque de la temporada y posteriormente firmó con San Antonio.
La constante rotación en los banquillos refleja una vez más la falta de estabilidad en el fútbol boliviano, donde los proyectos de largo plazo suelen ser eclipsados por la urgencia de resultados inmediatos.
