
La comunidad deportiva internacional enfrenta un nuevo escándalo que sacude los cimientos del deporte paralímpico. La judoca azerbaiyana Shahana Hajiyeva, campeona paralímpica en Tokio 2020, ha sido suspendida de por vida tras comprobarse que no cumple con los requisitos de discapacidad visual exigidos para competir en su categoría.
La atleta de 25 años fue sometida recientemente a una reevaluación médica de clasificación previa al Campeonato Mundial de Parajudo en Astaná, Kazajistán. Según el medio local Prosport.az, los resultados revelaron que Hajiyeva no presenta ninguna limitación visual significativa, lo que implica que no debió haber competido en las categorías reservadas para deportistas con discapacidad visual.
La sanción de por vida fue confirmada por el Comité Paralímpico Nacional de Azerbaiyán, que comunicó la expulsión definitiva de Hajiyeva de la categoría J2. La decisión ha generado reacciones encontradas: mientras algunos señalan que la reevaluación responde a un cambio en los reglamentos internacionales, otros consideran que la atleta simuló una discapacidad para obtener ventaja competitiva.
Un caso similar afectó a otra judoca azerbaiyana, Elnara Nizamli, quien también fue reevaluada y trasladada a la categoría J2 tras detectarse que su condición visual no correspondía con la clasificación previa.
Este ajuste se enmarca en la reestructuración del sistema de clasificación que llevó a cabo la Asociación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA) en conjunto con el Comité Paralímpico Internacional (IPC). Las antiguas categorías B1, B2 y B3 fueron unificadas en dos nuevas: J1 (para ciegos totales) y J2 (para personas con baja visión), con criterios mucho más estrictos. Como resultado, numerosos atletas han sido reevaluados para determinar su elegibilidad rumbo a los Juegos Paralímpicos de París 2024.
“La redefinición de clases incluye criterios médicos más rigurosos, nuevos estándares para pruebas visuales y requisitos reforzados para la validación de diagnósticos”, explicó la IBSA en un comunicado publicado a inicios de 2022.
La caída de Hajiyeva se suma a otros episodios controvertidos en la historia del deporte paralímpico, como el recordado escándalo de los Juegos de Sídney 2000, donde la selección española de baloncesto fue descalificada tras descubrirse que la mayoría de sus jugadores no tenía discapacidad intelectual, como requería la categoría.
Este nuevo caso reaviva el debate sobre la integridad de las clasificaciones en el deporte adaptado, y pone de relieve la necesidad de mecanismos de control más sólidos para garantizar la justicia competitiva en los máximos niveles del deporte internacional.