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Lula da Silva enfrenta su peor crisis de popularidad

La desaprobación del mandatario batió un récord y llegó al 57% tras un escándalo de corrupción

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva.
Internacional | Agencia | 2025-06-05 22:25:00

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, enfrenta la peor crisis de popularidad desde que asumió su tercer mandato en enero de 2023. Una nueva encuesta de la consultora Genial/Quaest reveló este miércoles que la desaprobación alcanzó un récord del 57%, mientras que la aprobación de su gestión se mantiene en el 40%.

Aunque los números apenas varían respecto a marzo (56% y 41%, respectivamente), marcan un hito preocupante: Lula comenzó a perder apoyo incluso entre su base más fiel. Entre los brasileños con ingresos de hasta dos salarios mínimos, tradicional bastión del Partido de los Trabajadores (PT), hoy hay un empate técnico: 50% aprueba la gestión y 49% la desaprueba. En julio de 2024, ese apoyo era del 69%.

Este deterioro coincide con el impacto del escándalo de corrupción más reciente que sacude al país, el llamado “fraude del INSS” (Instituto Nacional de Seguridad Social), un esquema de descuentos indebidos en pensiones que afectó a seis millones de jubilados y causó perjuicios superiores a los 1100 millones de dólares.

La investigación comenzó cuando una ciudadana de Feira de Santana, en el estado de Bahía, noreste de Brasil, denunció deducciones irregulares en su jubilación ante el Ministerio Público Federal, lo que destapó una red de corrupción masiva.

El 97,6% de los beneficiarios del INSS sufrió descuentos no autorizados en sus haberes para pagar cuotas a sindicatos y asociaciones. El caso golpea de cerca a Lula. Entre los involucrados aparece un sindicato vinculado a Frei Chico, hermano mayor del presidente, quien ocupa un cargo directivo.

El mandatario intentó distanciarse del escándalo, asegurando que los descuentos comenzaron antes de su llegada al poder. Sin embargo, si bien el esquema operó entre 2019 y 2024, los datos muestran que se intensificó durante su actual administración.

Según la encuesta, el 31% de los brasileños responsabiliza al gobierno de Lula por los desvíos, frente al 14% que culpa directamente al INSS y apenas el 8% que señala al expresidente Jair Bolsonaro. El contexto agrava la crisis de imagen del presidente, incluso cuando otros indicadores, como la percepción económica, muestran leves mejoras.

“Es una crisis significativa, no sólo por la fotografía actual, sino por la película completa. Ya son varias encuestas que reflejan una caída persistente de la aprobación y dificultades para revertir la tendencia. El gobierno no consigue generar buenas noticias”, dijo el politólogo Leandro Consentino, del instituto Insper de San Pablo.

En las últimas semanas, el Ejecutivo anunció medidas destinadas a mejorar la percepción ciudadana: eliminó aranceles de importación sobre alimentos y ordenó reducciones en tarifas eléctricas para 100 millones de consumidores. Sin embargo, la erosión de su popularidad continúa.

Otra encuesta de Genial/Quaest mostró que el 56% de los brasileños considera que este tercer mandato de Lula es peor que los dos anteriores, un aumento de dos puntos desde marzo. Además, el 44% cree que el gobierno actual es peor que el de Bolsonaro, una inversión respecto a julio de 2024, cuando el 51% veía a Lula como un mejor presidente que su antecesor. Hoy, ese apoyo cayó al 40%.

Las cifras muestran una tendencia consolidada: en julio de 2024, había empate técnico entre quienes evaluaban esta gestión como mejor (40%) o peor (39%) que las anteriores. En enero de 2025, las opiniones negativas subieron al 45% y ahora alcanzan el 56%, el nivel más alto registrado hasta ahora.

Lula, por su parte, sigue transmitiendo confianza. El domingo pasado, aseguró que si mantiene el ritmo actual de gestión, “la extrema derecha no volverá” al poder en 2026. “Pueden estar seguros de que, si me mantengo apasionado y motivado, la extrema derecha no vuelve a gobernar este país”, afirmó.

Sin embargo, una segunda encuesta, publicada el viernes pasado por Atlas/Bloomberg, entregó otro dato alarmante para el oficialismo: por primera vez, Lula perdería en una eventual segunda vuelta en 2026 frente a Tarcísio de Freitas, actual gobernador de San Pablo y potencial heredero del bolsonarismo, por una diferencia de 3,8 puntos.

La posible candidatura de Freitas, en caso de que Bolsonaro permanezca inhabilitado, empieza a tomar fuerza ante el desgaste del presidente. “Debilitado, el gobierno es cada vez más rehén del Centrão en el Congreso, lo que compromete su capacidad de llegar fortalecido a una eventual reelección”, advierte Consentino.

“El único dato alentador para el gobierno es que, por ahora, la oposición no se ha unido en torno a una figura”, concluye el politólogo.