
La captura de presuntos mercenarios provenientes de Colombia y Trinidad y Tobago, que pretendían atacar las instituciones en Venezuela, provocó una escalada de declaraciones que ha sido vistas con "extrañeza" por parte de Caracas.
La cuestión estalló esta semana, cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la detención de "un grupo de terroristas" que habría intentado ingresar al país suramericano "con un lote de armas de guerra", en una embarcación procedente de Trinidad y Tobago.
"También están entrando mercenarios de Trinidad [y Tobago]. Están detenidos, a buen resguardo, respetándoles sus derechos humanos y son parte de un grupo de terroristas que querían entrar a Venezuela", detalló el Ministro de Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello.
En respuesta, el Gobierno de Trinidad y Tobago, encabezado por la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, dijo el jueves que no había "evidencia que respalde los comentarios" de Venezuela.
Tras negar los señalamientos, la premier de la isla instó a la Guardia Costera a usar la "fuerza letal" contra cualquier embarcación no identificada proveniente de Venezuela.
"Hoy quiero dejar muy claro al Gobierno venezolano y a sus oficiales que pueden hacer lo que quieran en su territorio, pero aquí no pueden venir", dijo Persad-Bissessar. Este viernes, mediante un comunicado del Ministerio de Exteriores, Caracas tildó de "iracunda e injustificada" la reacción de Persad-Bissessar.
"Lo procedente ante esta grave situación es ofrecer cooperación y disposición para esclarecer los hechos. La actitud virulenta y altisonante de la Primera Ministra levanta serias sospechas de complicidad con dicha incursión y compromete las buenas relaciones de cooperación que existen entre nuestros países en áreas fundamentales", puntualizó Venezuela.
En esa línea, Caracas hizo un llamado al Gobierno de Trinidad y Tobago a "no prestarse a juegos geopolíticos ajenos" a los intereses nacionales, al tiempo que reafirmó "su compromiso con la paz, la soberanía y el respeto mutuo, recordando que cualquier preocupación legítima debe canalizarse por las vías diplomáticas, no mediante amenazas ni declaraciones infundadas que solo alimentan tensiones artificiales".