
Una investigación judicial en Barcelona ha sacudido al mundo del fútbol: varios jugadores de renombre, entre ellos Alejandro ‘Papu’ Gómez, Lucas Ocampos y Javier Saviola, fueron denunciados por su presunta implicación en una estafa millonaria vinculada a un fallido emprendimiento de criptomonedas y tokens digitales.
Según reveló El Periódico, la causa apunta a una pérdida cercana a 3,2 millones de dólares (unos 3 millones de euros) por parte de un grupo de inversores que asegura haber sido engañado por una empresa llamada Shirtum Europa S.L.U., con sede en España. Si bien ninguno de los futbolistas figura como responsable legal de la firma, fueron denunciados por haber participado activamente en la promoción pública del proyecto, usando su imagen para atraer inversiones.
Además del Papu, Ocampos y Saviola, también están mencionados otros jugadores con pasado en el fútbol español, como Iván Rakitic, Nico Pareja y Alberto Moreno. La compañía prometía lanzar una aplicación para comercializar NFTs (tokens no fungibles) con contenido exclusivo de estos futbolistas: videos, fotos y material personalizado, todo accesible a través de una criptomoneda propia, el $SHI.
Cada NFT tenía un valor aproximado de 475 dólares, pero el sistema nunca llegó a funcionar. La app no fue desarrollada y la criptomoneda nunca tuvo cotización ni utilidad real en el mercado. La empresa fue disuelta sin devolver el dinero invertido ni cumplir las promesas realizadas, lo que motivó la presentación de una querella por presuntos delitos de estafa y apropiación indebida.
Los principales señalados como autores del esquema son David Rozencwaig —íntimo del Papu Gómez— y un grupo de empresarios catalanes: Manel Ángel Torras, Marc Alberto Torras (padre e hijo) y Manuel Morillas. Ellos habrían montado la estructura operativa de Shirtum, valiéndose de sus vínculos con los futbolistas para ganar legitimidad ante el público e inversores privados.
Los denunciantes aseguran que fueron seducidos por el respaldo de celebridades del fútbol y que, una vez realizada la inversión, la empresa dejó de dar señales. El caso ya está en manos de la justicia catalana, y podría derivar en un juicio con gran exposición mediática, dada la notoriedad de los involucrados.